Tuchel bromeó en su presentación: "Lo siento por tener un pasaporte alemán"

Guardar

Londres, 16 oct (EFE).- Thomas Tuchel, nuevo técnico de Inglaterra, bromeó en su primera rueda de prensa y pidió perdón a los aficionados que le critiquen por no ser inglés: "lo siento por tener un pasaporte alemán".

El técnico germano, que ha fichado por Inglaterra hasta 2026, estuvo presente este miércoles en una rueda de prensa en Wembley junto al director general de la federación inglesa (FA, por sus siglas en inglés), Mark Bullingham.

"Lo siento, tengo un pasaporte alemán", dijo Tuchel, que ha recibido críticas en Inglaterra por ser el tercer extranjero en dirigir a la selección y por cortar el paso a los técnico ingleses.

"Quizás esos aficionados sientan la pasión que tengo por la Premier League y por el país, lo que me ha gustado trabajar y vivir aquí. Ojalá que pueda convencerles y demostrarles lo orgulloso que estoy de ser el entrenador de Inglaterra".

A Tuchel le preguntaron si cantará el himno de Inglaterra, algo que no hizo Capello y que Eriksson nunca llegó a perfeccionar, y el alemán aseguró que no ha tomado aún una decisión.

"Es un himno muy intenso, que he experimentado aquí en Wembley y en la FA Cup. Mostraré mi respeto. Siempre mostraré mis respectos al puesto y al país".

El alemán llevaba sin trabajo desde que en verano abandonara el Bayern de Múnich, tras romper la racha del equipo de doce años seguidos ganando la Bundesliga.

"No estaba seguro sobre el puesto porque el calendario internacional es muy diferente. Siempre he querido volver a Inglaterra, ese ha sido mi gran objetivo. La oferta llegó en el momento adecuado y compartimos la misma visión. Ahora tenemos que cumplir las expectativas. Sé que faltan algunos títulos en las vitrinas y queremos ayudar a conseguirlos".

Tuchel comenzará a trabajar a partir del 1 de enero, con vistas a la clasificación para el Mundial de 2026 que comenzará en marzo. El técnico alemán firmó el pasado 8 de octubre un contrato hasta finales de 2026.

Londres, 16 oct (EFE).- La federación inglesa (FA, por sus siglas en inglés) confirmó este miércoles el fichaje de Thomas Tuchel como nuevo entrenador hasta después del Mundial de 2026.

El alemán, cuyo trabajo más reciente fue en el Bayern de Múnich, del que se fue tras romper una década de dominio de los bávaros en el fútbol alemán, ha firmado un contrato hasta después de la Copa del Mundo de 2026 en Estados Unidos, Canadá y México.

Comenzará a entrenar a partir del 1 de enero de 2025, de cara a los clasificatorios para la Copa del Mundo que arrancarán en marzo. Su asistente será Anthony Barry.

Tras la marcha de Gareth Southgate después de la Eurocopa, Inglaterra ha estado entrenada por el interino Lee Carsley, que ha ganado tres partidos de la Liga de Naciones (Finlandia en dos ocasiones y República de Irlanda) y perdido uno, ante Grecia.

Carsley se mantendrá al frente de la selección en los dos próximos encuentros de la Liga de Naciones, contra Grecia e Irlanda.

Berlín, 16 oct (EFE).- Thomas Tuchel es el nombre del día en Inglaterra... y en Alemania. Su anuncio para hacerse cargo del combinado de los 'Tres Leones' supone su regreso a la primera línea futbolística tras su polémica salida el pasado mes de junio del Bayern Múnich, un club que se ha convertido en un auténtico escaparate para promocionar entrenadores al frente de selecciones nacionales.

Y es que en los últimos veinte años, hasta cinco técnicos de la entidad bávara aterrizaron en el banquillo de una escuadra del panorama internacional tras salir o ser despachado del hexacampeón de Europa. Lo curioso es que esta circunstancia afecta directamente a los tres últimos.

Hansi Flick, el técnico que ha reinventado al actual Barcelona hasta colocarlo como líder en España, fue el primero en iniciar dicha sucesión. Tras aterrizar como inquilino temporal en un equipo que, bajo el mando del croata Robert Kovac, naufragaba -marchaba cuarto en la Bundesliga y venía de recibir un vejatorio 5-1 del Eintracht Fráncfort-, el que fuera jugador del club muniqués enderezó el rumbo de la nave en una temporada que finalizaría de manera histórica para el Bayern.

El combinado germano se alzaría con seis títulos en el año de la pandemia del covid-19 y dejaría para los anales duelos asombrosos, como el célebre 2-8 ante el conjunto del que, cuatro años después, se haría cargo.

Sin embargo, para enlazar Múnich con Barcelona haría primero escala en Fráncfort, sede la Federación Alemana de Fútbol (DFB). Tras los fracasos en el Mundial de Rusia, en el que cayó en primera ronda, y en la Eurocopa multipaíses, en la que fue eliminada en octavos, Hansi Flick sería el elegido para reemplazar a su antiguo mentor Joachim Löw, de quien había sido técnico asistente en la selección germana, al frente de la 'Mannschaft'.

El resultado, no obstante, no fue el esperado. La Alemania de Flick no conseguiría realzar el vuelo del decadente final de la era Löw y continuó precipitándose al vacío en el Mundial de Catar, en el que también haría las maletas tras la fase preeliminar, hasta despeñarse del todo en los amistosos de preparación para la Europa que se iba a celebrar en Alemania.

Un sonrojante 1-4 contra Japón en Wolfsburgo puso fin a su trayectoria en la 'Nationelf' y daría paso al mandato de quien también le había sustituido en el Allianz Arena: Julian Nagelsmann.

El entonces emergente entrenador del RB Leipzig, al que había conducido a las semifinales de la Liga de Campeones de Lisboa en la que precisamente se coronó al Bayern de Flick, fue la apuesta para sustituir en 2021 el banquillo al entrenador seducido por la DFB.

Con él al frente, los bávaros mantuvieron su autoritaria dinámica en la Bundesliga en la primera temporada, pero se quebró su dominio en el Viejo Continente. Una sorprendente eliminación contra el Villarreal en cuartos de final de la edición de 2022, en la que figuraba como uno de los indiscutibles favoritos al título, inició la decadencia del que había sido el entrenador más caro de la historia -20 millones de euros pagó la entidad muniquesa al Leipzig por hacerse con sus servicios-.

Menos de un año después, con el Bayern segundo en la Bundesliga, una serie de decepcionantes resultados y una relación desgastada con la dirigencia del club supusieron el despido de Nagelsmann.

El joven entrenador apenas estaría unos meses fuera de la circulación y en septiembre, tras la humillación contra los nipones y cambio de renunciar a gran parte de la indemnización que tenía pendiente de cobrar, asumía el cargo de una selección a la deriva y a la que rearmaría de cara al campeonato continental que tenía por delante.

Su testigo en el hexacampeón de Europa lo recogería el propio Thomas Tuchel, avalado por sus éxitos previos en Alemania -campeón de Copa con el Borussia Dortmund-, Francia -títulos galos con el PSG- e Inglaterra -triunfador en la Liga de Campeones con el Chelsea-.

Sin embargo, nada más aterrizar, sufrió dos reveses de calado. Su segundo partido, contra el Friburgo, se saldó con una derrota por 2-1 que le eliminaba en los cuartos de final de la Copa. Y apenas una semana después, otra caída, esta vez más contundente (3-0), en Manchester ante el City, dejaba encarrilada su exclusión en el máximo torneo europeo.

Tuchel conseguiría salvar los muebles para el Bayern cuando, de manera milagrosa, un gol de Jamal Musiala ante el Colonia en la última jornada de la Bundesliga servía para aprovechar el inexplicable tropiezo del Borussia Dortmund ante el Maguncia y levantar la undécima ensaladera consecutiva del, como ellos se autodenominan, el "campeón récord de Alemania".

La segunda campaña, no obstante, no pudo enmascarar la irregular andadura del preparador suabo. Pese a llegar a las semifinales de la Liga de Campeones, en las que sucumbieron de manera agónica ante el Real Madrid, el Bayern vio como su despiadada hegemonía en el país centroeuropeo tocaba a su fin tras ser barrido por el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.

Enfrentado a parte de la cúpula directiva y tras finalizar tercero en la Bundesliga, Tuchel era despojado del cargo a la conclusión de la temporada, a pesar de contar con el respaldo de gran parte de la plantilla.

Su salida del Bayern, a cambio también de renunciar a parte de la indemnización por la temporada que le quedaba de contrato, le ha permitido culminar este curioso lineaje que ya protagonizaron sus dos predecesores en el club bávaro de dar el salto a una selección de alto nivel, pero que tiene otros dos precedentes en el mismo siglo XXI.

Ottmar Hitzfeld, otro de los históricos inquilinos del banquillo del 33 veces campeón de la Bundesliga y elegido por sus socios como mejor entrenador de su historia en su centenario, concluyó la segunda de sus exitosas etapas en el Bayern (lo fue sobre todo la primera) para hacerse con los designios del selección de Suiza, país en el que desarrolló la mayor parte de su carrera como futbolista.

A su cargo, el combinado helvético conseguiría clasificarse para los Mundiales de Sudáfrica 2010, en el que derrotó a España en la primera fase, y Brasil 2014, tras el cual se retiró de la actividad profesional.

El último de los cinco en discordia que pasaron del equipo alemán a una selección fue el neerlandés Louis Van Gaal. Tras pasar dos años, entre 2009 y 2011, al frente del conjunto teutón, en los que ganó tres títulos nacionales, condujo al equipo a su primera final de 'Champions' en nueve años y promocionó a una de las mejores generaciones que ha salido de la cantera de Säbener Strasse, el peculiar entrenador pasaría a dirigir a la escuadra de su país.

Con dichos precedentes, tal y como bromeaba la prensa en la jornada de este miércoles en Alemania, el actual regente del equipo, el belga Vincent Kompany, puede estar tranquilo, dado que un despido en el Bayern para tener pasaporte casi garantizado a tomar las riendas de una selección de pedigrí.

Juan Manuel Sánchez

Guardar