Juan Manuel Sánchez
Berlín, 16 oct (EFE).- Thomas Tuchel es el nombre del día en Inglaterra... y en Alemania. Su anuncio para hacerse cargo del combinado de los 'Tres Leones' supone su regreso a la primera línea futbolística tras su polémica salida el pasado mes de junio del Bayern Múnich, un club que se ha convertido en un auténtico escaparate para promocionar entrenadores al frente de selecciones nacionales.
Y es que en los últimos veinte años, hasta cinco técnicos de la entidad bávara aterrizaron en el banquillo de una escuadra del panorama internacional tras salir o ser despachado del hexacampeón de Europa. Lo curioso es que esta circunstancia afecta directamente a los tres últimos.
Hansi Flick, el técnico que ha reinventado al actual Barcelona hasta colocarlo como líder en España, fue el primero en iniciar dicha sucesión. Tras aterrizar como inquilino temporal en un equipo que, bajo el mando del croata Robert Kovac, naufragaba -marchaba cuarto en la Bundesliga y venía de recibir un vejatorio 5-1 del Eintracht Fráncfort-, el que fuera jugador del club muniqués enderezó el rumbo de la nave en una temporada que finalizaría de manera histórica para el Bayern.
El combinado germano se alzaría con seis títulos en el año de la pandemia del covid-19 y dejaría para los anales duelos asombrosos, como el célebre 2-8 ante el conjunto del que, cuatro años después, se haría cargo.
Sin embargo, para enlazar Múnich con Barcelona haría primero escala en Fráncfort, sede la Federación Alemana de Fútbol (DFB). Tras los fracasos en el Mundial de Rusia, en el que cayó en primera ronda, y en la Eurocopa multipaíses, en la que fue eliminada en octavos, Hansi Flick sería el elegido para reemplazar a su antiguo mentor Joachim Löw, de quien había sido técnico asistente en la selección germana, al frente de la 'Mannschaft'.
El resultado, no obstante, no fue el esperado. La Alemania de Flick no conseguiría realzar el vuelo del decadente final de la era Löw y continuó precipitándose al vacío en el Mundial de Catar, en el que también haría las maletas tras la fase preeliminar, hasta despeñarse del todo en los amistosos de preparación para la Europa que se iba a celebrar en Alemania.
Un sonrojante 1-4 contra Japón en Wolfsburgo puso fin a su trayectoria en la 'Nationelf' y daría paso al mandato de quien también le había sustituido en el Allianz Arena: Julian Nagelsmann.
El entonces emergente entrenador del RB Leipzig, al que había conducido a las semifinales de la Liga de Campeones de Lisboa en la que precisamente se coronó al Bayern de Flick, fue la apuesta para sustituir en 2021 el banquillo al entrenador seducido por la DFB.
Con él al frente, los bávaros mantuvieron su autoritaria dinámica en la Bundesliga en la primera temporada, pero se quebró su dominio en el Viejo Continente. Una sorprendente eliminación contra el Villarreal en cuartos de final de la edición de 2022, en la que figuraba como uno de los indiscutibles favoritos al título, inició la decadencia del que había sido el entrenador más caro de la historia -20 millones de euros pagó la entidad muniquesa al Leipzig por hacerse con sus servicios-.
Menos de un año después, con el Bayern segundo en la Bundesliga, una serie de decepcionantes resultados y una relación desgastada con la dirigencia del club supusieron el despido de Nagelsmann.
El joven entrenador apenas estaría unos meses fuera de la circulación y en septiembre, tras la humillación contra los nipones y cambio de renunciar a gran parte de la indemnización que tenía pendiente de cobrar, asumía el cargo de una selección a la deriva y a la que rearmaría de cara al campeonato continental que tenía por delante.
Su testigo en el hexacampeón de Europa lo recogería el propio Thomas Tuchel, avalado por sus éxitos previos en Alemania -campeón de Copa con el Borussia Dortmund-, Francia -títulos galos con el PSG- e Inglaterra -triunfador en la Liga de Campeones con el Chelsea-.
Sin embargo, nada más aterrizar, sufrió dos reveses de calado. Su segundo partido, contra el Friburgo, se saldó con una derrota por 2-1 que le eliminaba en los cuartos de final de la Copa. Y apenas una semana después, otra caída, esta vez más contundente (3-0), en Manchester ante el City, dejaba encarrilada su exclusión en el máximo torneo europeo.
Tuchel conseguiría salvar los muebles para el Bayern cuando, de manera milagrosa, un gol de Jamal Musiala ante el Colonia en la última jornada de la Bundesliga servía para aprovechar el inexplicable tropiezo del Borussia Dortmund ante el Maguncia y levantar la undécima ensaladera consecutiva del, como ellos se autodenominan, el "campeón récord de Alemania".
La segunda campaña, no obstante, no pudo enmascarar la irregular andadura del preparador suabo. Pese a llegar a las semifinales de la Liga de Campeones, en las que sucumbieron de manera agónica ante el Real Madrid, el Bayern vio como su despiadada hegemonía en el país centroeuropeo tocaba a su fin tras ser barrido por el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.
Enfrentado a parte de la cúpula directiva y tras finalizar tercero en la Bundesliga, Tuchel era despojado del cargo a la conclusión de la temporada, a pesar de contar con el respaldo de gran parte de la plantilla.
Su salida del Bayern, a cambio también de renunciar a parte de la indemnización por la temporada que le quedaba de contrato, le ha permitido culminar este curioso lineaje que ya protagonizaron sus dos predecesores en el club bávaro de dar el salto a una selección de alto nivel, pero que tiene otros dos precedentes en el mismo siglo XXI.
Ottmar Hitzfeld, otro de los históricos inquilinos del banquillo del 33 veces campeón de la Bundesliga y elegido por sus socios como mejor entrenador de su historia en su centenario, concluyó la segunda de sus exitosas etapas en el Bayern (lo fue sobre todo la primera) para hacerse con los designios del selección de Suiza, país en el que desarrolló la mayor parte de su carrera como futbolista.
A su cargo, el combinado helvético conseguiría clasificarse para los Mundiales de Sudáfrica 2010, en el que derrotó a España en la primera fase, y Brasil 2014, tras el cual se retiró de la actividad profesional.
El último de los cinco en discordia que pasaron del equipo alemán a una selección fue el neerlandés Louis Van Gaal. Tras pasar dos años, entre 2009 y 2011, al frente del conjunto teutón, en los que ganó tres títulos nacionales, condujo al equipo a su primera final de 'Champions' en nueve años y promocionó a una de las mejores generaciones que ha salido de la cantera de Säbener Strasse, el peculiar entrenador pasaría a dirigir a la escuadra de su país.
Con dichos precedentes, tal y como bromeaba la prensa en la jornada de este miércoles en Alemania, el actual regente del equipo, el belga Vincent Kompany, puede estar tranquilo, dado que un despido en el Bayern para tener pasaporte casi garantizado a tomar las riendas de una selección de pedigrí. EFE.