El Tribunal de Cuentas avisa de cierto descontrol en los proyectos de adaptación climática en la UE

El informe del Tribunal de Cuentas de la UE revela problemas en la implementación de proyectos de adaptación climática, señalando la desconexión entre comunidades locales y estrategias europeas clave

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Bruselas, 16 oct (EFE).- La Unión Europea dispone de un marco "sólido" para gestionar la adaptación climática y prevenir desastres meteorológicos, pero también existe cierto descontrol en la aplicación y control de los proyectos que podría acarrear que las medidas que se adopten no estén en línea con el avance de la crisis planetaria, según el Tribunal de Cuentas de la UE.

Estos desastres meteorológicos, como sequías, olas de calor o inundaciones, en la última década han generado unos 26.000 millones de euros al año en pérdidas económicas, recuerdan los auditores en un informe dedicado a la adaptación climática en la UE.

"Hallamos una serie de problemas en el método para aplicar las políticas sobre el terreno. Si no se ejecuta mejor la acción de la UE, nos exponemos a que las ambiciones de adaptación de la UE no sigan el ritmo del cambio climático", resumió el funcionario responsable del informe especial del Tribunal de Cuentas, Klaus-Heiner Lehne.

El estudio se basa en el análisis de una muestra de 36 proyectos de adaptación financiados con fondos comunitarios en Austria, Estonia, Francia y Polonia, de los que los auditores consideraron que 19 aumentaron la capacidad de adaptación, 13 no lo hicieron o no eran coherentes con las estrategia pretendida y 2 no disponían aún de datos suficientes para sacar conclusiones.

La UE destinó a adaptación al cambio climático un presupuesto de al menos 8.000 millones de euros entre 2014 y 2010 y una partida de 26.000 millones entre 2021 y 2027, un incremento que ilustra cómo ese área de acción ha ido ganando terreno en paralelo a la mitigación (reducir las emisiones de CO2).

Ese incremento presupuestario responde a que en los últimos años han aumentando los fenómenos climáticos extremos como las olas de calor, las sequías o las inundaciones, tanto en frecuencia como en intensidad.

"También tienen importantes consecuencias económicas", recuerdan los auditores, que avisan de que "la inactividad también tiene un coste: exponer la economía actual de la UE a un calentamiento global de 1,5 a 3 °C por encima de los niveles preindustriales, lo cual es una estimación conservadora, supondría una pérdida económica anual de entre 42.000 y 175.000 millones de euros", según una estimación económica de 2020 del Centro de Investigación Conjunta de la UE.

Entre las deficiencias encontradas en los proyectos analizados, los auditores pusieron como ejemplos el uso de datos científicos obsoletos en los documentos de las estrategias nacionales, o que hay una desconexión entre las comunidades locales y las hojas de ruta de Bruselas.

"Los auditores hicieron encuestas en 400 municipios y hallaron un desconocimiento grande de las estrategias y planes de adaptación al cambio climático, y el hecho de que no utilizaban las herramientas de adaptación de la UE", como Climate-ADAPT, Copernicus y el Pacto de las Alcaldías de la UE, señala el Tribunal de Cuentas.

Los auditores también identificaron buenas prácticas en los casos examinados, pero también contradicciones en otros.

"Incluso había dos proyectos que pueden dar lugar a una mala adaptación, es decir, en los que se aumenta la vulnerabilidad o la exposición al cambio climático en lugar de reducirlo", apuntaron.

En todo caso, constataron la dificultad de auditar adecuadamente una materia "transversal" como la adaptación, que puede financiarse a través de diferentes herramientas comunitarias, desde los fondos para la agricultura a los de cohesión, pasando por los de investigación.

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