El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, ha advertido este martes ante el Consejo de Seguridad que pese a la escalada de tensiones en Oriente Próximo la paz entre el Gobierno yemení, reconocido internacionalmente, y el movimiento hutí Ansarolá, que controla la capital, Saná, y otras zonas del país desde 2015, "es alcanzable".
"Una resolución pacífica del conflicto en Yemen no solo es la salida más viable sino que, lo que es más importante, es definitivamente alcanzable. El pueblo yemení necesita un apoyo internacional sostenido y unificado, y debemos centrarnos colectivamente en hacer realidad la paz. No se trata de meras aspiraciones. Tenemos elementos y herramientas para preparar el terreno", ha declarado.
En este sentido, ha remarcado que las partes se comprometieron al establecimiento de una hoja de ruta que incluya un alto el fuego a nivel nacional, la atención de las necesidades humanitarias y económicas, y la preparación de un proceso político incluyente. También ha subrayado que en el frente militar hay una "relativa calma" a pesar de "los ocasionales estallidos de tensión" que "recuerdan la fragilidad de la situación".
"Las partes deben demostrar su compromiso con la paz mediante acciones significativas, incluida la liberación inmediata de todos los detenidos arbitrariamente. La necesidad de unidad de propósito en y sobre Yemen nunca ha sido mayor. Quiero subrayar una vez más que, a pesar del conflicto regional más amplio, la paz en Yemen aún es alcanzable, y debemos seguir centrados en hacerla realidad", ha dicho.
Grundberg, sin embargo, ha reconocido que la escalada militar en Oriente Próximo "sigue intensificándose y corre el riesgo de salirse de control". "Se han perdido innumerables vidas y el dolor y la tristeza se han extendido por la región, mientras que las esperanzas de progreso parecen lejanas. Lamentablemente, Yemen es parte de esta escalada y corre el riesgo de verse arrastrado aún más hacia ella", ha sostenido.
Según ha relatado, "Yemen y su pueblo ya están sintiendo el impacto de este conflicto regional en escalada". Los hutíes "han continuado" con sus ataques contra el transporte marítimo internacional y ha realizado "múltiples intentos" de atacar Israel con misiles y drones. En respuesta, ha habido ataques aéreos estadounidenses e israelíes. "Los informes de víctimas (...) y daños a la infraestructura crítica son preocupantes", ha alertado.
"Este ciclo de represalias está arrastrando a Yemen más profundamente al conflicto regional, poniendo en peligro sus esperanzas de paz y estabilidad. Además, distrae de la urgente necesidad de abordar la propia crisis interna de Yemen", ha planteado el enviado de la ONU, que ha agregado que los yemeníes "siguen anhelando la paz y trabajando por ella después de más de nueve años de conflicto que ha devastado el país, desplazado a millones de personas, separado a familias y destrozado la economía".
Los hutíes, que controlan la capital yemení, Saná, y otras zonas del norte y el oeste del país desde 2015, han lanzado ataques contra territorio de Israel y contra buques con algún tipo de conexión israelí a raíz de la ofensiva desatada contra Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).