El Gobierno de Polonia ha explicado que su idea de limitar el derecho al asilo está motivada por la posible ruptura de la "cohesión social" del país con la llegada masiva de migrantes, de lo que responsabiliza a Rusia y Bielorrusia. "Putin y Lukashenko no pueden imponer nuestras políticas migratorias", ha zanjado.
"Hace diez años teníamos 100.000 inmigrantes en Polonia, hoy tenemos 2,5 millones. Tenemos que averiguar por qué y si estamos rompiendo la cohesión social", ha reflexionado el viceministro del Interior, Maciej Duszczyk, en la cadena TVN24.
"Si se produjera un aumento radical de la inmigración cometeríamos los mismos errores que se cometieron en países como Alemania, Países Bajos y Suecia", ha valorado Duszczyk, para quien la cifra de 2,5 millones "está muy cerca del límite".
"Necesitamos un pequeño número adicional de inmigrantes, dependiendo de las necesidades de los empresarios, para que las inversiones y la competitividad de la economía polaca no se vean perturbadas", ha concedido.
"Pero no podemos ceder a la presión", ha aclarado, señalando directamente a Rusia y Bielorrusia de haber creado una falsa presión migratoria en la frontera a fin de desestabilizar al país por su apoyo desde el primer momento a Ucrania. Así, ha enfatizado que los presidentes de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y de Rusia, Vladimir Putin, "no pueden decidir sobre las políticas de asilo".
"El derecho de asilo se utiliza para atacar la frontera y para desestabilizar los sistemas sociales y de acogida, provocando una desestabilización que el Estado no puede gestionar a través de instrumentos pacíficos", ha explicado.
Duszczyk ha señalado que cuentan con pruebas de que Bielorrusia está trayendo a gente directamente desde Siria. "Sabemos que son prisioneros que son liberados de cárceles sirias (...) Debemos suspender temporal el derecho de asilo, porque puede usarse para reforzar el efecto que Lukashenko quiere lograr", ha argumentado.
En ese sentido, ha explicado que el objetivo del Gobierno no es poner fin a estos acuerdos internacionales, sino simplemente otorgar a las fuerzas de seguridad y a las instituciones polacas las herramientas necesarias para proteger la seguridad del Estado ante "escenarios negativos".
"Esta estrategia se llama 'recuperar el control y garantizar la seguridad' (...) de modo que sepamos qué hacer en una situación determinada", pero "esta solución debería estar incluida en el derecho europeo, porque no se trata sólo de una cuestión polaca", ha apuntado el viceministro del Interior.
En la víspera, el primer ministro polaco, Donald Tusk, visitó la región de Varmia y Masuria, que limita con el exclave ruso de Kaliningrado, para anunciar el inicio del llamado 'escudo del este', una inversión en infraestructuras y seguridad con la que espera disuadir a sus controvertidos vecinos.
Mientras tanto, la Comisión Europea alertó a Polonia de que este tipo de medidas de seguridad en la frontera no pueden estar reñidas con las normas sus obligaciones internacionales, incluidas las leyes comunitarias de asilo.
En las últimas 24 horas, Varsovia ha informado de al menos 60 intentos de llegar a territorio polaco desde Bielorrusia por parte de migrantes, sobre todo de Afganistán, Yemen y Somalia, así como de la detención de un ciudadano bielorruso acusado de ejercer de enlace de todas estas personas que pretenden cruzar.