París, 15 oct (EFE).- Varios de los principales fabricantes de automóviles europeos pidieron este martes a la Unión Europea (UE) un marco normativo estable para poder salir adelante en medio de los problemas que afronta la transición al vehículo eléctrico.
Con las ventas de vehículos eléctricos desplomadas en Alemania y estancadas en Francia debido a los cambios en los sistemas de ayudas a la compra que buscan compensar su mayor precio, varios fabricantes señalaron hoy sus inquietudes en un foro celebrado con motivo del Salón del Automóvil de París.
"Hay mucha incertidumbre en el sector de cara a 2025", afirmó el consejero delegado del Grupo Renault, Luca de Meo, quien señaló que su mayor preocupación es la nueva normativa europea de emisiones CAFE, que entra en vigor el año próximo con la amenaza de multas millonarias a los fabricantes que no las cumplan.
Por ello urgió a las autoridades "a tomar decisiones rápidamente" y a iniciar conversaciones con el sector en busca de "claridad" para 2025.
El problema que afrontan los fabricantes es que el mercado no absorbe suficientes vehículos eléctricos, debido a su precio y a su menor autonomía, a pesar de que estos ya están disponibles.
"Además de gravarnos por no vender suficientes coches eléctricos, también nos quieren gravar por vender demasiados térmicos", resumió el presidente de la Plataforma Francesa del Automóvil (PFA), Luc Chatel.
A esta línea se sumó el consejero delegado de BMW, Oliver Zipse, quien consideró que "Europa debe crear un marco legislativo" que sea estable y con inversiones en infraestructuras clave, como puntos de recarga de eléctricos, o en el repostaje de hidrógeno.
El patrón del gigante Stellantis, Carlos Tavares, coincidió al afirmar que "lo más valioso hoy es la estabilidad de las normas".
Los ejecutivos insistieron también en la necesidad de mantener de forma constante las ayudas públicas a la compras de los eléctricos.
"Las ayudas son más necesarias que nunca", ya que la diferencia de precio entre eléctricos y térmicos sigue siendo elevada, por lo que De Meo pidió un "sistema estable de apoyo".
De hecho, el Salón del Automóvil de París comenzó ayer lunes su 90 edición en momentos delicados para el sector en Francia y en Europa debido a la caída de ventas de los eléctricos y el inicio de discusiones sobre el posible cierre de fábricas de algunos fabricantes emblemáticos, como Volkswagen.
En Alemania, las ventas de vehículos eléctricos se han desplomado desde finales del año pasado desde que el Gobierno suprimió las ayudas a la compra, mientras que en Francia están bajando desde hace tres meses debido a los continuos cambios en esas subvenciones.
De Meo apuntó a otro factor: "Hay que recuperar el poder adquisitivo de las clases medias" y también de los jóvenes, en Europa. En este sentido, el comprador medio de un automóvil nuevo en Europa tiene 56 años, mientras que en China está en la treintena.
Sin embargo, varios de los ejecutivos argumentaron a favor de no apostar solo por los coches eléctricos a la hora de buscar una movilidad limpia, e insistieron en las posibilidades del hidrógeno y otros combustibles alternativos.
"Es imposible" que el eléctrico sea la única solución, tanto por el coste de la batería como por las implicaciones geopolíticas, señaló el responsable de BMW.
"Nuestros rivales chinos producen sus eléctricos por un tercio menos que nosotros y controlan el 80-90 % del mercado de materiales claves", coincidió Tavares.
Por ello, Zipse apostó por el hidrógeno, que no implica una batería pesada y se reposta en minutos aprovechando la actual infraestructura de gasolineras.
En la actual situación, Tavares vaticinó que el proceso de consolidación en el sector "no ha terminado", al menos en Occidente, debido a que los fabricantes "necesitamos mucho más dinero para invertir, y la importancia de la escala es cada vez mayor".
La competencia china, que tiene ya un 2,6 % del mercado europeo (un 7,4 % entre los eléctricos), es vista no solo como un peligro, sino como una oportunidad.
Tavares recordó cómo Stellantis ha recurrido a una empresa conjunta en China, Leapmotor, de la que tiene el 49 %.
De Meo consideró "crucial" colaborar con los fabricantes del gigante asiático a fin de "capturar lo mejor de su ecosistema" de producción y Zipse se sumó a la opinión de profundizar la colaboración con los constructores chinos.
El foro también oyó quejas sobre otros importantes obstáculos que no dependen de los fabricantes, como los elevados precios de la energía en Francia o las amenazas de mayores impuestos a los vehículos térmicos más contaminantes en el próximo presupuesto. EFE
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