Quito, 15 oct (EFE).- Varios habitantes una isla del Archipiélago de Galápagos (Ecuador) denunciaron el presunto envenenamiento de perros tanto en zonas urbanas como cercanas a áreas protegidas, si bien el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) indicó que las medidas de control contra especies introducidas están únicamente dentro de las zonas protegidas, donde está prohibido el ingreso de mascotas por el alto valor ecológico de estas áreas.
Los denunciantes reiteraron el lunes su denuncia de que presuntamente “la fauna urbana y los animales de compañía están siendo envenenados" en una zona de la isla Santa Cruz, la más poblada del archipiélago, situado en el océano Pacífico, a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador.
En un comunicado que ya presentaron el pasado 18 de septiembre apuntaron que en la parte alta de esta isla, cerca del sector de Media Luna, un área protegida para la biodiversidad, encontraron restos de cebos y pedazos de carne envenenada.
Estos restos, según conocieron extraoficialmente, irían dirigidos hacia perros de cacería que se utilizan en la isla para la erradicación de las cabras, pero que, tras escaparse, habrían causado la muerte de petreles y aves marinas endémicas de Galápagos, según indicaron también en el comunicado.
Una habitante de la isla y participante en esta denuncia, que prefirió no revelar su identidad, explicó que encontraron restos de veneno en los linderos de lo que se consideraría el área protegida, y anotó su peligrosidad para las personas y mascotas que por allí transitan.
Esto, según indicó, también podría afectar a las especies endémicas que hay en el lugar, como tortugas gigantes, aves, así como seres humanos, además de destacar la cercanía de la localidad de Bellavista del lugar.
Esta habitante declaró que la intención de la denuncia es llamar la atención a la ciudadanía sobre la presencia de este veneno en determinadas áreas de la isla, así como plantear que si se llevan a cabo medidas de control a futuro, se informe a la comunidad.
De igual manera, en el vídeo difundido el lunes, estos galapagueños se posicionaron en contra del uso de los perros de cacería e indicaron que para controlar su sobrepoblación y el daño que puedan causar en áreas protegidas se deben buscar otras alternativas como campañas de esterilización o la promoción de adopciones locales, nacionales e internacionales.
Por su parte, el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica se remitió al comunicado emitido el 18 de septiembre, donde explicó que, debido al “alto valor ecológico” de este sector, que alberga una de las colonias de petreles más grandes del archipiélago, se implementan estrictas acciones de control de especies introducidas.
“La colonia de petreles está ubicada a 100 metros del sitio de visita más cercano y no forma parte de las áreas de acceso turístico”, indicó el Ministerio, que añadió que “en el sitio de visita, que también es un área protegida, está prohibido el ingreso de mascotas, como perros”.
Asimismo, reiteró en el comunicado que sus acciones y programas están “cuidadosamente diseñados para garantizar que no se afecten especies no objetivo”. EFE