La fundación Acciona.org ha puesto en marcha un proyecto integral de desarrollo comunitario para 190 familias en San Juan Lalana (Oaxaca, México) al que aportará agua potable y saneamiento; un programa de recuperación de los ecosistemas hídricos y forestales de la zona y diversas iniciativas de desarrollo de la economía local.
El plan cuenta con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). El enfoque integral de Acciona.org en la zona contribuirá a mejorar la resiliencia de las comunidades frente al cambio climático y a generar actividades productivas que aseguren un desarrollo a largo plazo.
El proyecto de San Juan Lalana está financiado por la Aecid con 890.000 euros. Con anterioridad, Acciona.org ya ha contado con el apoyo de la Agencia en la implementación de varias de sus soluciones en México y también en Perú, Panamá y Filipinas, además de en Etiopía, país en el que han trabajan en alianza con otras organizaciones españolas.
La gestión hídrica comienza por el saneamiento de las fuentes naturales de agua que se utilizarán para dar servicio a las dos comunidades. El agua de calidad se suministrará mediante la combinación de pequeñas redes de abastecimiento, sistemas de captación y filtración de agua de lluvia y depósitos de almacenamiento comunitarios.
Los sistemas domiciliarios incluirán la recuperación mediante filtros de aguas grises (provenientes de cocinas y lavabos) para utilizar en el riego de los huertos caseros, mitigando así el estrés hídrico en la zona y mejorando el autoabastecimiento. Además, con ello se evita que las aguas residuales contaminen los acuíferos naturales.
El saneamiento adecuado se conseguirá con baños secos (uno por vivienda) que, a partir del compostaje seguro de la materia orgánica, generarán fertilizantes para los huertos familiares y comunitarios. El proyecto se ampliará con dos ejes de actuación adicionales: la recuperación de ecosistemas y el impulso a la actividad productiva.
ENFOQUE GLOBAL
La plantación de dos hectáreas de árboles autóctonos, para la producción de madera y fruta, y de plantas para la producción de ixtle, una fibra vegetal muy resistente, ayudarán a asentar y ampliar los acuíferos y a paliar los efectos del cambio climático en la zona.
Estas plantaciones aportarán alimentos y materias primas (para uso propio y comercio de proximidad). También se crearán dos viveros con capacidad para 20.000 plantas. Todo ello contribuirá a la restauración del entorno, a la consolidación de la seguridad alimentaria y a la dinamización de la economía.
El aumento de la producción de ixtle a través de las nuevas plantaciones generará un volumen suficiente para dar un salto cuantitativo y poner en marcha un centro de procesamiento mecanizado de este tipo de fibra. Para el desarrollo de esta actividad, se pondrán en marcha talleres de formación para mujeres.