La CPI investiga los crímenes en Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo

El fiscal de la CPI, Karim Khan, reanuda la investigación sobre los crímenes en Kivu del Norte, tras la remisión del gobierno de la RDC desde 2022, abordando diversas fuerzas armadas y patrones de violencia

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La Haya, 14 oct (EFE).- El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, anunció este lunes que está investigando los presuntos crímenes cometidos por diferentes grupos armados desde enero de 2022 en la provincia de Kivu del Norte, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), país que remitió voluntariamente la situación a este tribunal.

En un comunicado, Khan explicó que ha decidido “renovar” sus esfuerzos de investigación en la RDC, centrándose como prioridad en los crímenes cometidos por miembros de diferentes fuerzas y grupos armados desde el 1 de enero de 2022 en Kivu del Norte, después de que el gobierno de RDC remitiera en mayo del año pasado la situación del país a la CPI.

Esta es la segunda remisión que hace la RDC a la fiscalía de la CPI. La primera se registró en marzo de 2004, cuando solicitó investigar los presuntos delitos cometidos desde el 1 de julio de 2002 en territorio de la RDC, lo que llevó a la apertura de una investigación y la celebración de juicios a los responsables durante el conflicto armado.

“En los últimos meses, mi Oficina evaluó, como asunto preliminar, si los crímenes del Estatuto de Roma cometidos en Kivu del Norte desde enero de 2022 están suficientemente vinculados al ámbito de la situación ya bajo investigación por mi Oficina en la RDC. Esta evaluación ya está completa. He determinado que (…) están interconectados con patrones de violencia y hostilidades que han afectado a la región desde al menos el 1 de julio de 2002”, añadió Khan.

Esto supone que la fiscalía de la CPI no abre una nueva investigación completamente diferente, sino que los presuntos crímenes cometidos en esta provincia desde 2002 ya entran en el alcance de la investigación en curso abierta ya en junio de 2004.

El fiscal subrayó que las investigaciones en Kivu del Norte “no estarán limitadas a partes particulares o miembros de grupos específicos” y que su oficina “examinará de manera global, independiente e imparcial la responsabilidad de todos los actores presuntamente involucrados en los crímenes” en cuestión.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por más de un centenar de grupos rebeldes y el Ejército oficial, pese a la presencia de la misión de la ONU en el país (Monusco).

Pero, en los últimos años, se han intensificado los ataques en la zona este atribuidos a diferentes grupos, como las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), una milicia de origen ugandés que tiene objetivos poco claros, y vínculos difusos con el Estado Islámico (EI), y que tiene sus bases en las provincias vecinas congoleñas de Ituri y Kivu del Norte.

Además de las ADF, otros grupos armados operan en la RDC -rica en recursos minerales, incluido oro-, entre ellos el rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), cuyos combates con el Ejército congoleño y sus respectivos aliados ocurren desde finales de 2021, lo que ha obligado a cientos de miles de civiles a huir.

Según Human Rights Watch (HRW), más de 100 grupos armados están activos en el este de la RDC, y subrayó que estos, junto a las fuerzas de seguridad oficiales, “continúan llevando a cabo masacres, secuestros, violaciones y violencia sexual, reclutamiento de niños, y otros ataques contra civiles con casi total impunidad”. EFE

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