Jerusalén, 14 oct (EFE).- El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, reconoció que el ataque de Hizbulá de anoche con un dron contra la base Golani, en el sur de Haifa, "es difícil y ha causado resultados dolorosos" después de que esta mañana confirmaran la muerte de cuatro soldados de 19 años de entre los más de 60 heridos.
"Estamos en guerra, y un ataque a una base de entrenamiento en el frente interno es difícil y los resultados son dolorosos. Abracen a las familias en duelo, acompañen a los heridos y fortalezcan a los comandantes y soldados", trasladó Halevi en una visita que realizó anoche a esta base de entrenamiento.
Con este comunicado, el Ejército desmiente los rumores que se difundieron ayer por canales árabes de que Halevi había perdido la vida en este ataque perpetrado por la milicia chií.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, que también visitó la base de entrenamiento, aseguró que aprenderán las lecciones del ataque de ayer para evitar que vuelva a producirse un escenario así.
"Ante la amenaza de los vehículos aéreos no tripulados, estamos concentrando un esfuerzo nacional y estamos comprometidos en desarrollar soluciones que ayudarán a lidiar con la amenaza", dijo.
Hizbulá reivindicó el ataque el domingo, justificando que esta acción forma parte de una serie de operaciones en respuesta a los "ataques sionistas, particularmente en los barrios de Al Nwaireh y Al Basta, en la capital Beirut y otras regiones libanesas".
"Seguimos operando y entrenando para lo que está por venir. La Brigada Golani registró muchos logros en la guerra y se enfrentó con resolución a situaciones difíciles; continúen en el camino de este legado", agregó el jefe del Estado Mayor.
El ataque se produjo la tarde del domingo con dos drones disparados por Hizbulá contra el sur de Haifa sin que sonaran las alarmas previamente.
El Ejército logró interceptar uno de ellos, pero no el segundo que impactó contra la base militar de Golani.
El ataque de Hizbulá llega mientras Israel mantiene su ofensiva en el sur de Líbano, y tras una jornada en la que el país lanzó ataques contra paramédicos de la Cruz Roja libanesa, hirió a tres soldados libaneses en un ataque contra un vehículo en el sur del país, bombardeó las inmediaciones de un paso fronterizo entre Líbano y Siria y destruyó una mezquita en un ataque que dejó al menos cuatro muertos.