El enviado especial del Papa, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiano (CEI), el cardenal Matteo Zuppi, se ha reunido en Moscú con el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, para abordar la cooperación en el frente humanitario.
Según ha publicado el ministerio de exteriores ruso, durante las conversaciones "las partes mantuvieron un profundo debate sobre la cooperación en el ámbito humanitario en el contexto del conflicto en torno a Ucrania y abordaron una serie de temas de actualidad de la agenda bilateral e internacional".
En el comunicado de prensa, que han acompañado de una fotografía de ambos mientras se estrechan la mano a forma de saludo, se ha informado además de que ambos han tomado "nota del desarrollo constructivo del diálogo Rusia-Vaticano".
Según ha confirmado el Vaticano, la tragedia de los menores deportados a Rusia, que Ucrania cifra en cientos de miles, es uno de los principales temas de la nueva misión encomendada por Francisco al cardenal Matteo Zuppi, que este lunes ha viajado a Moscú --después de hacerlo por primera vez en junio del 2023-- en el marco de la iniciativa humanitaria auspiciada por la Santa Sede.
Según ha confirmado el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, a los medios del Vaticano, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y también arzobispo de Bolonia intentará "sumar nuevos esfuerzos para favorecer la reunificación familiar de los niños ucranianos y el intercambio de prisioneros, con vistas a alcanzar la tan esperada paz".
En el anterior viaje, Zuppi se reunió con el consejero diplomático del Kremlin, Yuri Ushakov, con Maria Lvova-Belova, responsable de la infancia, que muchos analistas consideran la verdadera artífice de las deportaciones forzosas de niños ucranianos a territorio ruso y con el patriarca Kirill, aunque no fue recibido ni por Vladimir Putin ni por el canciller Serguei Lavrov.
La cita se produce tres días después de que el Papa haya recibido al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en el Vaticano en el marco de la gira europea que el mandatario ucraniano realizó para solicitar más ayuda a los líderes de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia para hacer frente a la invasión rusa.
El presidente ucraniano explicó después que durante la audiencia privada pidió el apoyo diplomático de la Santa Sede para devolver a los ucranianos detenidos y ahora bajo el cautiverio de Moscú. "La cuestión de repatriación de nuestros compatriotas estuvo en el núcleo de mi encuentro con el papa Francisco. Contamos con la ayuda de la Santa Sede para ayudar a repatriar a los ucranianos capturados por Rusia", escribió Zelenski en X.
El Vaticano tuvo un papel clave en la liberación este 2024 de dos curas de la Iglesia grecocatólica de Ucrania que fueron apresados por Rusia, y ejerció una labor de mediación que fue valorada muy positivamente por Kiev. En este sentido, en mayo, Francisco pidió precisamente un intercambio generalizado de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania, y recordó "la disposición de la Santa Sede para favorecer todos los esfuerzos en este sentido".
Según el comunicado difundido por la Santa Sede, las conversaciones entre Francisco y Zelenski estuvieron dedicadas a "el estado de la guerra y en la situación humanitaria en Ucrania, así como en las vías que podrían poner fin y conducir hacia una paz justa y estable en el país".
Esta fue la tercera vez que el pontífice recibió al presidente ucraniano desde el 2020 y la segunda desde que estalló el conflicto. La última reunión bilateral en el Vaticano fue el 13 de mayo del 2023.
El Papa encomendó al cardenal Matteo Zuppi esta misión de paz en el mes de mayo. A principios de junio viajó a Kiev donde fue recibido por Volodímir Zelenski. A finales de ese mismo mes, visitó Moscú y en julio fue a Washington, donde departió con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
Francisco fue preguntado por esta misión y por la mediación para lograr el retorno de los menores, durante el vuelo de vuelta de Hungría del 28 al 30 de abril del año pasado y confirmó que la mediación del Vaticano. "La Santa Sede ha actuado como intermediaria en algunas situaciones de intercambio de prisioneros y a través de la embajada fue bien, creo que esto también puede ir bien. Es importante. La Santa Sede está dispuesta a hacerlo porque es justo, es una cosa justa y hay que ayudar, para que esto no sea un casus belli, sino un caso humano. Es un problema de humanidad antes que un problema de un botín de guerra o de una transferencia de guerra. Debemos hacer todo lo humanamente posible", dijo entonces.