Bangkok, 13 oct (EFE).- Las autoridades malasias han acusado a tres miembros del conglomerado islámico Global Ikhwan Services and Business Holdings (GISB) de abuso sexual y tráfico de personas, mientras se investiga al grupo por los abusos a 402 menores rescatados de centros de acogida supuestamente bajo su gestión.
Un tribunal malasio acusó este domingo a tres directivos de 57, 31 y 20 años de un hotel bajo propiedad de GISB en el país asiático de trata de cuatro personas de edades comprendidas entre los 30 y los 57 años, publica hoy el diario local The Star.
El individuo de 20 años también fue acusado de abusar sexualmente de un adolescente de 16 años, cargos de los que los tres se declararon inocentes.
Se trata de la última medida tomada contra miembros del grupo mientras aumenta el escrutinio policial hacia este conglomerado, que tiene numerosos negocios en el sector alimentario, educativo y hotelero en una veintena de países, como Indonesia, Singapur, Egipto, Arabia Saudí, Francia, Australia y Tailandia.
El foco sobre GISB surgió después de que 402 menores de entre 1 y 17 años fueran rescatados de centros de acogida el pasado 11 de septiembre tras varias denuncias contra el grupo, que supuestamente los gestionaba.
Durante el operativo se han encontrado documentos que vinculan al grupo con las enseñanzas islámicas prohibidas en Malasia de su fundador en 2010, Ashaari Muhammad, líder entonces de la controvertida secta Al-Arqam, censurada en los años 90 por desviarse de los preceptos del islam.
La Policía malasia ha detenido a centenares de personas desde entonces, después de que al menos 392 de los rescatados revelaran síntomas de abusos físicos, sexuales y emocionales. Se desconoce si los tres acusados este domingo guardan relación directa con este caso.
Los agentes indicaron que existen vídeos que circularon por redes sociales en los que las víctimas estaban siendo golpeadas, azotadas y manoseadas en el pecho y los genitales, además de objeto de explotación laboral y malnutrición.
La mayoría de los niños eran hijos de miembros de GISB abandonados en los centros de acogida del grupo poco después del nacimiento.
Aunque reconoce sus vínculos en origen con Al-Arqam, GISB niega las acusaciones y asegura que sus prácticas cumplen con las enseñanzas islámicas y las leyes de Malasia, país de mayoría musulmana.
La empresa se ha visto envuelta en otras controversias, como por crear el llamado el Club de las Esposas Obedientes, que enseñaba a las mujeres a ser sumisas con sus maridos. EFE