Roma, 12 oct (EFE).- Los sindicatos italianos han pedido este sábado la intervención del Gobierno de Giorgia Meloni ante la "dramática" caída de la producción en el país de la multinacional automovilística Stellantis, que en 2024 se situará en los niveles de 1957, a pesar del acuerdo alcanzado con el Ejecutivo.
"Pedimos al Gobierno que convoque a la empresa y a los sindicatos" dijo el secretario general del mayor sindicato de Italia, la CGIL, Maurizo Landini, al recordar que la empresa "ha reducido más de 12.000 puestos de trabajo en los últimos años, recortando también la investigación y el desarrollo" y "sigue pensando en ir a producir a otros lugares, como Marruecos".
Luigi Sbarra, líder de la CSIL, destacó, por su parte, que hay "25.000 puestos de trabajo en riesgo por la actitud cínica y miope de Stellantis. Por eso es necesaria una señal ahora. Y se lo decimos al Gobierno".
Su llamamiento se produce después de que el administrador delegado de Stellantis, Carlos Tavares, que en 2021 se fusionó con la marca italiana Fiat, pidiese en una comisión parlamentaria nuevos incentivos al Estado para mantener su posición preeminente en el país.
Landini lamentó que en los últimos años Stellantis no haya "invertido en componentes" ni "en cadenas de suministro" y aseguró que "el potencial de producción de las plantas italianas podría alcanzar hasta 2 millones de coches", pero este año la producción se situará "por debajo de 300.000, lo que no había sucedido desde 1957".
Y tras recordar el aplazamiento de la puesta en marcha de la gigafábrica de Termoli (Molise, sur), destacó que los cambios en movilidad demuestran que "el viejo sistema ya no funciona y la empresa ha tomado decisiones equivocadas"
"Hay un problema de realidad para toda Europa y para las políticas capaces de compensar los retrasos tecnológicos que se han producido en los últimos años frente a la cantidad de inversiones realizadas por los chinos, los estadounidenses y en cierta medida también los japoneses, que están mucho más adelantados", añadió.
Sbarra subrayó, sobre las declaraciones de Tavares, que "no basta con pedir nuevos incentivos. El apoyo público debe venir después de un plan de negocio adecuado, en línea con los compromisos adquiridos por Stellantis" y recordó que el próximo viernes todos los trabajadores en Italia del sector de automoción irán a la huelga para protestar por la bajada de la producción en el país.
"Se nos garantizó una inversión y un fuerte crecimiento de la producción, con la perspectiva de la saturación de las plantas italianas y la salvaguardia de los puestos de trabajo directos e inducidos. En cambio, sólo vemos un aumento del sufrimiento, en todas las plantas, como lo demuestra la congelación de la Gigafactoría de Termoli", añadió.
Tavares, en un contexto de dificultades económicas para la empresa, que ha reducido a más de un tercio su producción de coches en Italia este año, desmintió las críticas de que Stellantis no tenga un plan industrial en el país y las acusaciones de que la empresa deje de lado a sus fábricas italianas.
"No tenemos intención de abandonar Italia ni de que nadie desafíe nuestro liderazgo. Tenemos capacidad para atender a un millón de clientes. Me preguntan si quiero vender sitios y mi respuesta es no. Lucharé como el infierno para conservarlo", remarcó Tavares.
Según denuncia la Federación Italiana de Trabajadores Metalúrgicos (FIOM), desde que Stellantis absorbió a Fiat no hay modelos de coches nuevos que se produzcan en Italia, ante lo que la producción bajó y la empresa priorizó sus actividades en otras plantas situadas en otros países donde la mano de obra o los costes productivos son más baratos. EFE