Óscar Maya Belchí
Madrid, 12 oct (EFE).- Samu Omorodion (Melilla, 2004) recuerda en una entrevista con EFE cómo vivió el mercado de traspasos del pasado verano. Tras ganar el oro olímpico, entrenó “apartado” en el Atlético de Madrid y, tras un fichaje por el Chelsea que se cayó, llegó el Oporto. “Fue muy complicado, lo pasé muy mal, muchas noches llorando…”, cuenta.
El jugador sabe de sobra lo que es pasar dificultades. Su madre llegó a Melilla desde Nigeria, embarazada de él, buscando una vida mejor. “Mi infancia ha sido bastante dura”, relata a EFE el futbolista. “Muchas veces mi madre no tenía dinero para que yo fuera a entrenar y teníamos que ir andando, algunas veces no teníamos para comer… Es duro”. Una historia que ha tenido un final feliz, con Samu pudiendo ‘recompensar’ a su madre: “La pude sacar de trabajar el año pasado. Y también he podido comprarle una casa para que ella disfrute de lo que en el pasado no pudo”, desvela.
Pregunta: Siete goles en siete partidos. Se ha adaptado rápido al Oporto…
Respuesta: Estoy contento de cómo ha empezado la temporada. He llegado a un club y a un equipo en el que he encajado bien con mis características. Un equipo ofensivo al que le gusta jugar al fútbol. Al mejor club de Portugal, en el que vamos a pelear por los títulos.
P: ¿Qué valoración hace de la liga portuguesa?
R: Es verdad que todavía la gente pinta la liga portuguesa como si fuese, no sé, con todo el respeto, Primera RFEF. Pero hay jugadores de mucho nivel, por los que se han pagado muchos millones y hay equipos que tienen un gran nivel. Obviamente no es la liga española, pero no hay que menospreciarla.
P: También se han pagado millones por usted. Fue una apuesta fuerte del club. ¿Por qué se decidió por el Oporto?
R: Sí. Desde el primer minuto se vio el interés que tenían en mí. El presidente vino a Madrid a ficharme y me dijo que no se iba de ahí sin ficharme. Es lo que un jugador necesita, que se le muestre confianza. Darle las gracias al presidente y al club por la apuesta que han hecho por mí.
P: ¿Cómo recuerda su verano? Su nombre sonó mucho en el mercado, se dio por hecho su fichaje por el Chelsea -con sus compañeros de selección haciéndole un pasillo para celebrarlo en un entrenamiento en los Juegos Olímpicos-...
R: Por el oro no fue tan amargo. Pero sí fue un verano muy complicado. Cuando estuve en Madrid lo pasé muy mal. Al final, gracias a Dios todo salió bien. Si no salió lo del Chelsea fue por algo y al final ha salido todo bien.
P: ¿Por qué lo pasó mal?
R: Allí -en el Atlético de Madrid- entrenaba apartado. No me sentía partícipe, no como un futbolista. Entrenaba y mi cabeza me decía que no. Lo pasé mal. Muchas noches llorando… mi familia y mi madre lo pasaron muy mal… Al final, gracias a Dios, se cerró todo rápido y tomé la mejor decisión.
P: ¿No le dieron explicaciones desde el Atlético de Madrid de por qué no contaban con usted?
R: No. Nadie habló conmigo y yo no hablé con nadie. Yo seguía siendo jugador del Atlético de Madrid, tenía que ir a entrenar y a cumplir. Ya sabía la postura del club. Son cosas que pasan en el fútbol y que te hacen coger experiencia y aprender para el futuro.
P: Habla de experiencia. Hace 14 meses debutó en la élite tras jugar en Segunda RFEF. ¿Cómo asimila todo lo que le ha pasado?
R: Ha pasado el tiempo muy rápido, muchas cosas. Lo hablo con mis amigos… A veces no lo asimilas y cuando no te salen las cosas te olvidas de todo lo que has pasado y no valoramos mucho donde estamos. Y siempre hay que darle las gracias a Dios, ser agradecido y valorar cada minuto dónde estamos y estoy viviendo un sueño. Puedo vivir y disfrutar de lo que he soñado desde pequeño.
P: Habla mucho de su familia. Es un gran apoyo. Su madre -Edith- lo pasó mal. Llegó a Melilla desde Nigeria. Los hermanos Williams han hablado mucho de las dificultades que pasaron de pequeños. ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
R: Muchos futbolistas que venimos de dónde venimos hemos sufrido mucho. Mi infancia no ha sido muy fácil, ha sido bastante dura. Mi madre ha tenido que cuidar de mi hermana y de mi. Ella lo ha dicho, muchas veces en la que no tenía ni para que yo fuera a entrenar y teníamos que ir andando, algunas veces no teníamos para comer… Es duro. Lo recuerdo y me emociono. Todo ese sacrificio ha tenido recompensa. Sabía que iba a llegar el momento en el que mi madre iba a estar orgullosa de mí y que todo ese esfuerzo que hizo por nosotros tuviera una recompensa.
P: Está en la élite, con un buen contrato… Ahora es usted quien le puede ayudar a ella…
R: Gracias a Dios la pude sacar de trabajar el año pasado. Y también he podido comprarle una casa para que ella disfrute de lo que en el pasado no pudo disfrutar. Estoy muy contento porque todo lo que le regalo se queda corto para lo que ha hecho.
P: Pasó por la cantera del Sevilla, el AD Nervión… ¿Cómo fueron esos inicios en el fútbol?
R: De pequeño me llamaba mucho jugar al fútbol. Mi padrino, que en paz descanse, me apuntó a mi primer club de fútbol en Sevilla, un club de barrio que se llamaba Inter Cuatro y ahí di mis primeros pasos. De ahí pasé a otro club, también de Sevilla, el Don Bosco. Y a los siete u ocho años me fui a la cantera del Sevilla, estuve tres años. En alevines estuve en el AD Nervión, estuve seis años, me hice futbolista y de ahí jugué en el Granada. Estuve dos temporadas y fueron las cosas muy bien. Siempre lo he dicho, pasase lo que pasase, siempre voy a estar agradecido al Granada, porque, de no ser por ellos, no estaría aquí.
P: ¿Quién fue su ídolo de infancia?
R: Me gustaba mucho Samuel Eto’o. Y me veo un poco reflejado en él. Ojalá tenga, al menos, la mitad de la carrera que ha tenido él.
P: Santi Denia dijo cuando dio la lista que le tocaba sacar lo mejor de ti con la selección española. ¿Cómo está yendo este proceso de adaptación?
R: Santi es un entrenador muy cercano conmigo. Le tengo que agradecer porque siempre ha tenido mucha confianza en mí. Estoy muy tranquilo. Venir aquí es siempre un orgullo. Al final, los buenos futbolistas se adaptan a todos los contextos y yo intento adaptarme a la selección.
P: Mateo Joseph dio una entrevista, dijo que os llevabais muy bien y que te ganaba al EA FC 25 (antiguo FIFA)… Contra Kazajistán marcó un triplete, contra Malta le tocará ‘responder’ a usted, ¿no?
R: Bueno, al final no se trata de contestar. Cada uno hace su trabajo. Ayer metió tres goles y estoy muy contento por él. Tengo una relación muy buena con él y me alegro siempre de todo lo bueno que le pase. Y al FIFA… hay veces que le gano yo y otras él (bromea).
P: Con sus siete goles en siete partidos, su nombre sonó mucho para la absoluta. ¿Estuvo pendiente de la lista de Luis de la Fuente?
R: Yo no estuve muy pendiente, si te soy sincero. Mi familia y mis amigos sí estuvieron más atentos. Al final, estoy muy tranquilo. Sé que tarde o temprano me va a llegar mi oportunidad. La absoluta tiene delanteros de gran nivel y si así lo ha decidido Luis de la Fuente por algo será. Ahora toca seguir trabajando para las próximas convocatorias y si no, en la Sub-21, que también es complicado venir.
P: Usted ve mucho fútbol. ¿En qué delanteros se fija para mejorar?
R: Es verdad que soy bastante friki. Veo mucho fútbol, no veo otra cosa, la verdad (ríe). Al final, te fijas en todos los grandes delanteros; no solo en uno. Intento coger algo de todos los grandes delanteros e intentando siempre aprender mucho y ‘copiar’ algunas cosas que hacen ellos.
P: La última. Hay muchas quejas con el número de partidos en el calendario del fútbol. Ahora juega competición europea también -en la Liga de Campeones-. ¿Qué opinión tiene?
R: Mira, ahora que es la primera vez que estoy jugando en Europa… ‘buf’... lo entiendo. El año pasado solo jugaba Liga y Copa y estaba bien. Pero ahora juegas miércoles-domingo, con pocos días de recuperación, las copas… Son muchos partidos. No somos robots, tenemos que descansar. La gente piensa que con dos días de descanso nos basta, pero cada partido te exige mucho y tienes que recuperar bien. Es normal que haya tantas lesiones. Si te pones a ver los calendarios de cada equipo que juegue competición europea jugamos 60 partidos… es increíble. Es complicado. Y la verdad que, yo no soy nadie para decir nada, pero una solución no vendría mal. EFE
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