El delantero del RC Celta Borja Iglesias ha reconocido que teme "a la extrema derecha" porque "no tiene límites" y no le gusta que no se respeten "ciertos valores sociales o los derechos humanos", y ha asegurado que "ante lo injusto" le gusta tomar "partido" para tratar de ayudar.
"Quiero defender principios como el respeto, la igualdad o evitar el abuso de poder y el odio. Temo a la extrema derecha porque no tiene límites. No me gusta que no respeten ciertos valores sociales, o los derechos humanos. Quiero que quien vote no piense solo en sí mismo, sino también en su comunidad y en quien sufre", declaró en una entrevista al periódico El País.
Además, aseguró que lo importante es que cualquier futbolista que quiera implicarse en causas sociales "no se sienta cohibido". "Que seas futbolista no significa que no puedas opinar. Lo que pasa es que tenemos más responsabilidad, porque tenemos más alcance social. Entiendo que haya algunos que no quieran hacerlo. Pero hay cosas que a mí de verdad me influyen como ser humano y, para mí, eso es más importante que mi profesión. Ante lo injusto, tomo partido. Si hay algo que me molesta me posiciono, porque creo que eso es ayudar", señaló.
En este sentido, puso el ejemplo del ahora madridista Kylian Mbappé, que se posicionó durante la Eurocopa 2024 contra el partido de la líder ultra Marine Le Pen en plenas elecciones legislativas en Francia. "Por ejemplo, cuando Mbappé se posiciona contra la extrema derecha sabe la repercusión que tendrá. Es una persona privilegiada. Si se posiciona tan claramente, al menos escuchémosle con respeto. Él no gana nada haciéndolo. Lo critican por querer ayudar a otros", apuntó.
Así, cree que estamos "en el proceso de mostrarnos cada vez más libres, pero queda mucho por mejorar". "Que a mí me pongan 10 ó 100 comentarios en redes sociales me da igual, pero si alguien sufre porque no tiene un espacio, porque se siente juzgado o le tratan mal... Joder, ahí tenemos un problema serio", añadió.
"Lo que no voy a hacer es preocuparme por lo que piensa de mí la gente que difunde odio. No quiero caerle bien a todo el mundo y me he posicionado con ciertos temas. Yo, independientemente de dónde juegue o cómo juegue, soy yo. No posicionarme en ciertos temas me genera malestar. No es que hacerlo me siente bien, pero ignorarlo me come la cabeza", prosiguió.
El delantero gallego también considera que los futbolistas que quieren hacer pública su homosexualidad deben "asumir muchos riesgos". "Lo normal sería que seas como seas todo el mundo te respetase, pero a veces no pasa", dijo, antes de hablar de las conductas racistas entorno al fútbol actual.
"Hay conductas que tienden a ser racistas y muchas dinámicas que están instauradas de una manera en la que a veces no somos ni conscientes. Sabes que hay ciertas actitudes y pensamientos que son de esa forma porque han sido así siempre y la verdad es que deben cambiarse. A lo que se refiere Vinícius muchas veces es que se normalizan situaciones en estadios de fútbol que no se debería. Es importante hablar de ellas y señalarlas. Así se pueden detectar y cambiarlas", expresó el compostelano.
Por último, explicó que hace años "el estándar" de fútbolista establecía que "solo había que jugar al fútbol", pero que eso "ha cambiado". "En todo el mundo, las nuevas generaciones tienen más intereses, y se explora sin miedo. Yo nunca he hecho nada que perjudique mi trabajo. Incluso salir de fiesta. No es que no podamos, sino que hay que encontrar el momento adecuado, en días libres y sin acabar fatal. Nunca si tienes entrenamiento y, por supuesto, jamás si tienes partido", subrayó.
"El fútbol es un espacio fantástico para mostrar las diferentes masculinidades. Cada uno debe entender la masculinidad desde su prisma. Intentar hacerlo, y mostrarlo, es bueno. Romper estereotipos y deconstruirnos es positivo, lo primero, para nosotros mismos", finalizó.