Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 11 oct (EFE).- Mientras Rusia continúa sus avances en la región ucraniana de Donetsk, en el este del país, Kiev espera maximizar las pérdidas del enemigo en los próximos meses y, siempre que los aliados aumenten su apoyo, situarse en una posición más fuerte para detener al Ejército invasor y liberar más territorios el próximo año.
A pesar de la toma de Avdiivka y Vugledar, el avance del Ejército ruso le ha costado muy caro desde el lanzamiento de la ofensiva rusa hace un año, sostiene Oleksandr Kovalenko, observador militar del Grupo de Resistencia Informativa.
Dadas sus elevadas pérdidas de personal y equipo, Rusia tendrá dificultades no sólo para continuar con la ofensiva, sino para mantener bajo control los territorios ocupados, ya que Ucrania podría pasar al ataque en algún momento a mediados de 2025, declaró a EFE.
Según las estimaciones del Ejército ucraniano, corroboradas en líneas generales por funcionarios estadounidenses, Rusia sufrió en septiembre un récord de 1.271 bajas diarias de soldados entre muertos y heridos.
En total, perdió más de 386.000 soldados y sólo extendió la línea del frente 29,5 kilómetros hacia el interior de la región de Donetsk desde octubre del año pasado, señala Kovalenko.
Y lo que es más importante, las pérdidas rusas de material, como tanques, vehículos blindados, sistemas de artillería y defensas antiaéreas, también han sido récord en este periodo: 4.423, 8.774, 1.2786 y 439, respectivamente, según cálculos del Ejército ucraniano.
Como resultado, Rusia construirá cada vez más su ejército en torno a la infantería para compensar la creciente escasez de equipos, subraya Kovalenko.
Por lo tanto, a pesar de los fracasos en Ocherétine o cerca de Toretsk, el enfoque actual del Ejército ucraniano de agotar al enemigo ha tenido éxito, afirma.
La superioridad numérica del Ejército ruso seguirá no obstante representando un desafío para las fuerzas ucranianas.
Según los analistas militares, aunque pierde unos 35.000 soldados mensualmente, Rusia sigue reclutando entre 35.000 y 40.000 cada mes.
Dada la diferencia numérica, el país invadido tendrá que recurrir a medios altamente tecnológicos para destruir a distancia a las tropas enemigas, así como a aquellas armas que puedan aumentar aún más las pérdidas rusas, señala Kovalenko.
Más lanzaminas, proyectiles termobáricos y municiones de racimo de diferentes tipos podrían desempeñar un papel clave en este contexto.
Si Ucrania tiene éxito, el lanzamiento de una contraofensiva a mediados del próximo año parece "probable", según el experto, aunque mucho dependerá de si el país recibe suficiente apoyo de sus socios.
Recibir el permiso para atacar territorio ruso con misiles occidentales de largo alcance, que Kiev persigue desde hace meses, sería clave para minimizar la capacidad de Rusia de apoyar a su infantería con bombas aéreas guiadas.
Para que cualquier contraofensiva tenga éxito, Ucrania también tendrá que recibir la cantidad necesaria de tanques, vehículos de combate blindados y artillería.
El hecho de que Ucrania se esté tomando su tiempo para entrenar y equipar a las brigadas recién creadas en lugar de utilizarlas rápidamente para reforzar la línea del frente puede ser una señal de que ya se está preparando para operaciones ofensivas, señala Kovalenko.
Ucrania no busca un alto el fuego temporal y pretende crear las condiciones para que Rusia no pueda continuar la guerra, subrayó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante su actual gira por las capitales europeas.
El objetivo de Kiev de liberar todos los territorios ocupados y recibir sólidas garantías de seguridad contra nuevas agresiones de Rusia se mantiene inalterado, mientras que la mayoría de los ucranianos también conservan la voluntad de luchar.
Según la última encuesta, el 81 % de los ucranianos sigue creyendo que Ucrania puede infligir "serios golpes" a Rusia y lograr "un resultado aceptable", siempre que Occidente la apoye adecuadamente con armas, fondos y sanciones contra el enemigo.
Los gobiernos y la opinión pública de Occidente "deberían escuchar la voz del pueblo ucraniano y mantener y reforzar su apoyo", subraya Antón Grushetkí, director ejecutivo del Instituto Internacional de Sociología de Kiev.
"Lo que ocurra en 2025 dependerá en gran medida de si nuestros aliados se vuelven más decididos, en lugar de continuar con el actual apoyo a medias, limitado", coincide Kovalenko.EFE