Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han asegurado que el incidente de este viernes en el que resultaron heridos dos miembros de la misión de la ONU (FINUL) en el sur de Líbano fue "involuntario" y, aunque ha prometido investigar "a fondo" los hechos, ha salido al paso de las críticas alegando que hay "un conflicto abierto" en el que el partido-milicia Hezbolá utiliza como "escudos" a los 'cascos azules'.
Un portavoz militar, Nadav Shoshani, ha expresado en redes sociales su "preocupación" por este tipo sucesos, esgrimiendo que "las FDI toman todas las precauciones posibles para minimizar los daños tanto sobre los civiles como sobre las fuerzas de paz", en un contexto "complicado" en términos operativos.
Así, ha prometido tratar de "mitigar el riesgo" para que no haya nuevos "incidentes desafortunados", pese a que la propia FINUL ha descrito como "deliberados" varios de los últimos ataques. Entre el jueves y el viernes, cuatro militares han resultado heridas por disparos sobre el cuartel general de Naqoura, en el sureste de Líbano.
Shoshani, no obstante, ve "crucial" recordar que las fuerzas israelíes libran una guerra contra "terroristas" y que Hezbolá opera en áreas "próximas" a la FINUL, lo que implica "un riesgo significativo" para esta misión. De hecho, las autoridades israelíes han llegado a pedir directamente el repliegue de las tropas internacionales.
También ha acusado a Hezbolá de violar de forma reiterada la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la que se fundamenta el mandato de la FINUL "al establecer una amplia presencia militar en el sur de Líbano". Las FDI, en este contexto, siguen "comprometidas" con la defensa de la población del norte de Israel.