Rabat, 10 oct (EFE).- Militantes defensores de los derechos humanos volvieron a pedir este jueves al Gobierno de Marruecos la abolición de la pena de muerte, que sigue vigente en el país aunque no se ejecuta desde 1994.
En un encuentro organizado en Rabat por el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH, estatal) con motivo del Día Mundial contra la Pena de Muerte que se celebra este jueves, los intervinientes repitieron la petición que llevan haciendo los últimos años de abolir la pena capital porque, dijeron, "no protege a nadie".
"Nosotros, como luchadores por el derecho a la vida, tenemos una misión que consiste en impedir las ejecuciones bajo la ley y las que se realizan fuera de la ley", aseveró el abogado marroquí Abderrahim Jamai, presidente de la Coalición Marroquí para la Abolición de la Pena de Muerte.
Jamai recordó que a día de hoy hay todavía 86 personas condenadas a la pena capital en las diferentes cárceles del país, entre ellos una mujer.
Desde 2015, -detalla el activista marroquí- un total de 87 presos vieron su pena capital conmutada y en la mayoría de ellos su pena fue rebajada a perpetuidad.
"Esta pena se sigue sentenciando, pese a que no se ejecuta desde hace tres décadas, y no creemos que la situación de la pena de muerte vaya a cambiar", lamentó Jamai, que se mostró pesimista ante un posible cambio de esta pena en la esperada reforma del Cógido Penal y Código de Procedimiento Penal.
Jamai instó a su país a votar por una abolición de la pena capital en un encuentro al respecto de la Asamblea General de la ONU el próximo diciembre.
Por su parte, la presidente del CNDH, Amina Buayach, instó a su país a votar en ese encuentro de la Asamblea General a favor del protocolo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas (PIDCP) que insta a abolir la pena de muerte.
La responsable marroquí aseguró que la ejecución de la pena de muerte "no garantiza la seguridad para las familias de las víctimas ni la seguridad de la sociedad".
"Somos conscientes de que lo que pedimos requiere un largo camino para desmantelar las percepciones que se usan para justificar el mantenimiento de la pena de muerte", apuntó Buayach, que subrayó que seguirá trabajando para conseguir el objetivo de la abolición de esta pena porque su "perseverancia para proteger el derecho a la vida es más profunda". EFE
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