Lisboa, 9 oct (EFE).- La dictaduras de Portugal y España acabaron de forma diferente, pero sus transiciones transcurrieron de manera paralela y ahora una exposición en Lisboa, que se inaugura este miércoles, hace un recorrido por estos procesos a través decenas de documentos de los archivos de ambos países.
La muestra 'Portugal-España, 50 años de democracia' es fruto de la colaboración de los Ministerios de Cultura y de Exteriores de Portugal y España, y estará hasta el 31 de enero en el Archivo Nacional Torre do Tombo, en la capital lusa, para luego trasladarse a partir del 1 de abril al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.
El curador de la exhibición, el historiador luso Manuel Loff, explicó a EFE que el visitante se va a encontrar "con un intento de explicación" de naturaleza histórica, cultural y política sobre cómo se ha construido la democracia en estos dos países.
El experto puntualizó que el proceso democratizador fue "muy distinto", porque en el caso portugués se trató de "una ruptura de naturaleza revolucionaria" que empezó con el movimiento militar que derribó la dictadura de António de Oliveira Salazar.
Por contra, en España, fue algo "más dilatado en el tiempo" y no se inició "rigurosamente" con la muerte del autócrata Francisco Franco en noviembre de 1975, sino "prácticamente un año después, con la opción democratizadora de Adolfo Suárez" en un contexto donde había una movilización social a favor de la democracia.
En lo que respecta a Portugal, la exhibición se concentra, especialmente, en el periodo que transcurrió entre el 25 de abril de 1974, cuando se produjo la Revolución de los Claveles, y abril de 1976, momento de la aprobación de la Constitución.
En España se enfoca en la época que pasa entre diciembre de 1976, cuando se celebra el referéndum sobre la Ley de Reforma Política, y la luz verde a la Carta Magna en 1978.
Más de 60 grupos de documentos tanto escritos, como fotografías y grabaciones sonoras y audiovisuales se desperdigan por las distintas secciones del recorrido, que habla de la crisis de las dictaduras y su desmantelamiento, las guerras coloniales y la movilización social.
Estos registros provienen de archivos como el de Torre do Tombo, el Ministerio de Exteriores y de la Asamblea de la República (Parlamento), en Portugal; y del Ministerio de Cultura, el Centro Documental de la Memoria Histórica, el del Partido Comunista o el de la Administración, en España.
Loff, que hizo este miércoles una visita guiada para periodistas, detalló que ha intentado plantear una similitud entre las fases del proceso de cambio, la crisis de la dictadura y los movimientos sociales de protesta contra el franquismo y el salazarismo, aunque hay también temas distintos.
"No hay guerra colonial en el caso español, pero sí en el caso portugués y es central -destacó a EFE-, aunque en todo caso, por ejemplo, hay una similitud entre la descolonización del Sáhara, que quedó incompleta hasta hoy, y la descolonización de una de las varias colonias portuguesas, Timor Oriental, que estuvo incompleta hasta el 2002", señaló.
Fotografías de la líder comunista Dolores Ibárruri 'La Pasionaria' o de líderes sindicales españoles como Marcelino Camacho o Nicolás Redondo se alternan en las salas con un ejemplar de la primera Constitución portuguesa y un póster de la Carta Magna española.
En la última parte de la exposición dan paso a los nuevos protagonistas del cambio: las mujeres, los jóvenes y la cultura alternativa.
Allí, un cartel del Cine Parque de Portimão (Portugal) solicita al público, tras el levantamiento de la censura, "civismo y buen sentido" durante la proyección de películas que antes estaban vetadas, junto a una serie de carteles de 'El último tango en París", de Bernardo Bertolucci.
Pese a su paralelismo, la percepción entre los ciudadanos de la transición difiere dependiendo si son portugueses o españoles: así como en España es un tema que aún despierta divisiones, en Portugal hay más unidad.
La comisaria ejecutiva de la Comisión Conmemorativa 50 años del 25 de Abril, Maria Inácia Rezola, indicó a EFE que "la forma en que los portugueses ven la transición es radicalmente diferente", porque para ellos es "una fuente de orgullo y revelan que rechazan completamente el pasado dictatorial".
Para ellos, la Revolución de los Claveles es "el mayor símbolo de la transición, como hecho más importante de la historia de Portugal", subrayó Rezola, quien recordó que normalmente los ciudadanos lusos son poco dados a movilizaciones en la calle, mientras que el 25 de abril es "justo lo contrario" y salen a celebrarlo. EFE
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