Viena, 9 oct (EFE).- El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, anunció este miércoles que por ahora no dará un mandato para formar gobierno tras las elecciones del 29 de septiembre, en las que ganó el ultraderechista FPÖ, debido al actual bloqueo por la negativa de los demás partidos a coaligarse con esa formación.
El ultraderechista FPÖ venció en esos comicios con el 28,8 %, por delante del conservador Partido Popular (ÖVP) con el 26,3 % y el socialdemócrata SPÖ con el 21,1 %.
La victoria del FPÖ no le garantiza llegar al poder porque, con 57 escaños en un Parlamento de 183 diputados, necesita socios para lograr una mayoría de Gobierno y ningún partido se ha mostrado dispuesto a coaligarse con la formación de extrema derecha.
Van der Bellen instó a los líderes de las tres principales formaciones, el ultra FPÖ, el conservador ÖVP y el socialdemócrata SPÖ, a dialogar y esclarecer sus posturas sobre posibles alianzas hasta finales de la próxima semana.
El presidente subrayó que necesita "claridad" sobre posibles coaliciones antes de tomar una decisión.
El jefe de Estado explicó que, si bien es habitual que se designe al líder del partido más votado para iniciar las negociaciones, en esta ocasión no se procederá de ese modo debido a la compleja situación política generada por la negativa de las demás fuerzas a colaborar con el FPÖ, liderado por Herbert Kickl.
Que el líder del partido más votado reciba el mandato para formar gobierno es una práctica habitual, pero no está establecido en la Constitución, que otorga al presidente una amplia capacidad de decisión.
Van der Bellen argumentó que se trata de un "caso inusual", ya que hay un ganador, el FPÖ, con el que aparentemente ninguno de los otros partidos quiere gobernar, lo que lleva a "una situación de punto muerto".
Van der Bellen, quien ya se ha reunido con todos los líderes políticos tras los comicios, dejó claro que cualquier acuerdo de gobierno requerirá la cooperación de al menos dos de los tres principales partidos.
El presidente pidió a los líderes políticos que aprovechen el tiempo para definir si realmente están dispuestos a explorar alianzas, o si la distancia entre ellos es insalvable.
El actual canciller y líder del ÖVP, Karl Nehammer, dijo que no podría colaborar con el FPÖ bajo el liderazgo de Kickl, a quien definió como "un riesgo para la seguridad", lo que, según los analistas, todavía deja abierta la puerta a una coalición entre ambas formaciones sin Kickl.
Sin embargo, el líder ultra, reforzado por su victoria electoral, exige ser el nuevo jefe de Gobierno.
La otra opción es una "gran coalición" entre el ÖVP y el SPÖ -con una ajustada mayoría de 92 escaños en una Cámara de 183 diputados- al que se podría añadir el liberal Neos.
El presidente avisó en la noche electoral que vigilaría el respeto a la democracia liberal, el estado de derecho y los derechos de las minorías, en lo que muchos analistas vieron un mensaje al FPÖ.EFE