Ginebra, 8 oct (EFE).- La gente en el Líbano está aterrada ante la perspectiva de convertirse en un segundo Gaza y que su país no consiga salir de la actual espiral de violencia armada que ya ha arrojado de sus hogares a 1,2 millones de personas, entre las cuales hay 400.000 niños, dijeron este martes responsables humanitarios.
"Los libaneses temen profundamente que su país se convierta en otro Gaza y es por esta razón que tantos han abandonado las regiones del sur y se han ido a Beirut o al norte", precisó por teleconferencia desde el Líbano el director del Programa Mundial de Alimentos para este país, Matthew Hollingworth.
Hollingworth reconoció que es un temor que él mismo tiene, tras haber trabajado en Gaza la primera mitad de este año y ser testigo de la "espiral de fatalidad" que se apoderó de este territorio, donde casi 42.000 personas han muerto en un año de bombardeos israelíes.
"Los diplomáticos y los líderes políticos deben evitar el peor de los desenlaces", invocó.
Un portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra reconoció que "los mismos patrones que se vieron en Gaza ahora se están observando en el Líbano, con un horrendo impacto en los civiles".
En este sentido, la ONU insistió que de acuerdo con el derecho humanitario internacional Israel debe respetar los principios de distinción (entre los civiles y sus blancos militares), de proporcionalidad (de sus ataques) y de la necesidad militar, haciendo que tanto civiles como infraestructuras civiles queden protegidas.
Del mismo modo, el portavoz de UNICEF, James Elder, quien ha realizado múltiples misiones en Gaza en el último año, advirtió que Israel está usando en el Líbano el mismo lenguaje que utilizó con Gaza al inicio de su ofensiva, cuando aseguraba que estaba realizando ataques "limitados".
La ONU indicó este martes que un millón de personas necesitan ser ayudadas a diario para cubrir sus necesidades de alimentos en el Líbano.
También denunció la destrucción de terrenos agrícolas o su abandono por parte de familias desplazadas por los bombardeos, lo que anticipa una pérdida considerable de la producción de alimentos en un país tradicionalmente dependiente de las importaciones en este sector.
Según los cálculos de Naciones Unidas, dependiendo de los insumos alimentarios de los que se hable, actualmente quedan en el Líbano reservas para entre dos semanas y dos meses y medio. EFE