Quito, 7 oct (EFE).- Un juez de Ecuador ordenó el ingreso en prisión preventiva para un militar ecuatoriano que el pasado sábado intentó entrar en una cárcel de la ciudad andina de Cuenca con un teléfono móvil oculto en su casco, informó este lunes la Fiscalía del Estado.
El sargento del Ejército identificado como Hernán Rodrigo A. fue detenido por su posible implicación en el delito de "ingreso de artículos prohibidos" en la cárcel de la sureña ciudad andina de Cuenca, denominada oficialmente como Centro de Privación de Libertad (CPL) Azuay Número 1, agregó la Fiscalía en un comunicado.
El Ministerio Público remarcó que, en la audiencia de formulación de cargos, efectuada el domingo, la jueza que tramitó la flagrancia del caso acogió el pedido de la Fiscalía y dictó prisión preventiva contra el militar.
Según la Fiscalía, el sargento fue detenido cuando llegó al segundo filtro de la prisión, después de ser registrado por agentes de la Policía que encontraron el "teléfono celular oculto en su casco y unos audífonos en su chaqueta".
El militar, que vestía ropa de fatiga y portaba su arma de dotación, fue detenido en el lugar por los policías, cuyo parte informativo fue usado por la Fiscalía como uno de los elementos de convicción para sustentar el caso.
El sargento es procesado según el código penal ecuatoriano, que sanciona el ingreso de artículos prohibidos a una cárcel con una pena de uno a tres años de prisión, aunque en el caso de servidores militares la condena podría ser el doble de la pena máxima establecida, explicó la Fiscalía.
Militares y policías ecuatorianos custodian las cárceles del país desde inicios de este año, cuando el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decretó un estado de excepción y solicitó a esas fuerzas del orden tomar el control de las prisiones que se habían convertido en focos de violencia.
A la par, Noboa decretó una situación de "conflicto armado interno", para elevar la lucha contra las bandas criminales a las que pasó a llamar "terroristas".
Pese a que había concluido la vigencia de los estados de excepción, los militares han mantenido las operaciones de custodia en las cárceles, ya que muchas de ellas estaban dominadas internamente por bandas criminales, cuya rivalidad había dejado más de 500 reos asesinados entre 2021 y 2023 en una serie de masacres carcelarias.
En sus intervenciones, militares y policías han registrado los centros carcelarios y encontrado, entre otros materiales, gran cantidad de armamento, explosivos, dinero, droga y cientos de teléfonos celulares con los que, según las investigaciones, los delincuentes dirigían operaciones criminales fuera de los muros de las prisiones.
A las bandas del crimen organizado, dedicadas principalmente al narcotráfico, se les atribuye también la espiral de violencia que azota a Ecuador y que le llevó a figurar en 2023 como el país de la región con más homicidios per cápita, al registrar 47,2 por cada 100.000 habitantes. EFE