Hungría ha emplazado este martes al resto de Estados miembro a retrasar la decisión para ampliar el periodo de renovación de las sanciones rusas hasta los 36 meses, necesaria para financiar un préstamo de hasta 35.000 millones de euros a Ucrania y que se financiará con los intereses de los activos rusos congelados. Este préstamo de hasta 35.000 millones de euros es el compromiso de aportación de la UE al préstamo de 50.000 millones de dólares (46.500 millones de euros) para Ucrania acordado en el marco de la cumbre del G7, aunque su importe puede reducirse una vez se conozcan las contribuciones del resto de socios. La propuesta para ampliar de seis meses a 3 años la vigencia de las sanciones a Rusia responde a la dificultad añadida que implica la renovación semestral del paquete de sanciones que mantiene inmovilizados los activos rusos, puesto que su aprobación está sujeta a la unanimidad del Consejo, lo que preocupa a algunos Estados miembro ante la posibilidad de países como Hungría de bloquear el acuerdo y descongelar los activos. Está por ver si las capitales respaldan la propuesta, que se debatirá este miércoles a nivel de embajadores, y que los Veintisiete deben aprobar por unanimidad, para lo que hay "consenso menos uno", según ha señalado este martes el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, pues todos los países se han mostrado "a favor de extender el régimen de sanciones" con la única excepción de Hungría. En términos similares se ha expresado el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, quien ha hablado de un apoyo "casi unánime": "Esto significa que, en general, todas las intervenciones abogaron por cambiar el régimen de sanciones, y la razón por la que lo han mencionado no ha sido sólo política, sino también como condición previa para la participación a partes iguales con Estados Unidos en esta operación". "Creemos que la prolongación de las sanciones rusas debe decidirse después de las elecciones en Estados Unidos porque tenemos que ver qué dirección tomará la administración", ha apuntado el ministro húngaro de Economía, Mihály Varga, para quien pueden salir de los comicios "dos caminos absolutamente diferentes: uno hacia la paz y otro hacia la guerra".