El personal de la FINUL se refugia en búnkeres por el intercambio de ataques entre Israel y Hezbolá

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El personal de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) se ha visto obligado a refugiarse desde esta madrugada en búnkeres debido al intercambio de ataques entre el Ejército de Israel y el partido-milicia chií libanés Hezbolá en las proximidades de una de sus posiciones dentro de Líbano. "Debido a la situación de seguridad, el personal de la FINUL tuvo que refugiarse en búnkeres desde la madrugada de hoy", ha indicado el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, en una rueda de prensa en la que ha mencionado que los pacificadores "han seguido observando intensos intercambios de fuego" desde el fin de semana. El portavoz ha indicado que los ataques aéreos y las incursiones terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han tenido como objetivo "múltiples" zonas a lo largo de la Línea Azul, mientras que Hezbolá ha lanzado "decenas de ataques, incluso para repeler" incursiones terrestres de las FDI y atacar zonas del norte de Israel. Durante el fin de semana, la misión denunció ante las autoridades israelíes actividades de sus militares junto al puesto 6-52, uno de los puestos de vigilancia instalados en la frontera, en Marun el Ras, sector oeste, dentro de territorio libanés. "Esto es un desarrollo extremadamente peligroso. Es inaceptable comprometer la seguridad de las fuerzas de mantenimiento de paz que llevan a cabo el mandato que les ha encomendado el Consejo de Seguridad", dijo. El jefe de la FINUL, el general español Aroldo Lázaro, y la coordinadora especial de Naciones Unidas para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, han mantenido contactos con altos cargos israelíes a quienes les han trasladado el mensaje de "silenciar las armas". "Queremos que cese el intercambio de fuego a través de la Línea Azul, ya sea las FDI atacando objetivos en Líbano, incluida Beirut, ya sea Hezbolá disparando cohetes", ha expresado Dujarric. En este sentido, ha reiterado la plena aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, de la que ha "hablado hasta la saciedad, francamente, sin mucho progreso", y ha pedido que los cientos de miles de personas que se han visto desplazadas a ambos lados de la frontera puedan regresar a sus hogares "y vivir en paz, ya sea en el sur de Líbano o en el norte de Israel". Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos, a través del portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, ha afirmado que no "quiere" que las fuerzas de la FINUL "corran ningún peligro", ya que desempeñan "un papel importante en el establecimiento de la seguridad en Líbano", si bien la misión y el Ejército de Líbano "no han podido impedir que Hezbolá se asiente en esas zonas y lance ataques contra Israel", razón por la que "Israel está tomando medidas".

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