Pekín, 8 oct (EFE).- Las medidas recién aprobadas por China para reanimar su economía buscan "expandir la demanda interna" y "estabilizar el sector inmobiliario", detalló este martes el principal órgano de planificación del país, que a la vez defendió la "gran resiliencia" de las finanzas del gigante asiático.
El director de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo de China (CNRD), Zheng Shajie, explicó en una rueda de prensa que los estímulos pretenden "expandir la demanda interna efectiva", "aumentar el apoyo a las empresas", "contener la caída del mercado inmobiliario y estabilizarlo", "impulsar el mercado de capitales" y "armonizar el ajuste anticíclico de las políticas macroeconómicas".
Asimismo, Zheng avanzó que se han "intensificado los esfuerzos" para lanzar "paquetes de medidas que promuevan la recuperación continua de la economía".
El funcionario instó a "observar la situación económica con objetividad" e indicó que existe "un contexto complejo en el contexto nacional e internacional" en el cual "algunas potencias han visto su impulso de crecimiento reducirse".
"Están aumentando el proteccionismo y las volatilidades", que "afectan a China", apostilló.
Además, aseveró que algunas empresas chinas "han aumentado su inversión sin ver un aumento de sus beneficios" y que hay "presiones sobre la economía".
Sin embargo, aseguró que China "ha realizado progresos en la reducción de riesgos en áreas clave", al tiempo que señalaba el "rápido crecimiento industrial" en sectores como el automotriz o el de electrodomésticos.
"Ni los fundamentos ni las ventajas de la economía china han visto cambios: se mantienen un enorme potencial de mercado y una gran resiliencia", agregó Zheng.
Por su parte, el subdirector del organismo, Zhao Chenxin, abordó el objetivo de crecimiento económico para este año, de alrededor de un 5 % y cuya consecución ha sido puesta en duda por los expertos.
"En la primera mitad del año se registró un crecimiento interanual de alrededor de un 5 % y la situación económica se mantuvo generalmente estable. Ya hemos visto tres trimestres de desempeño y la economía de China ha logrado mantener su estabilidad y su crecimiento", arguyó.
Zhao vaticinó que cuando las medidas de apoyo anunciadas por las autoridades "hagan efecto", "se cimentarán las bases para una operación estable de la economía", al tiempo que transmitía su "confianza" en que el país alcance el objetivo fijado
Hace dos semanas, las autoridades chinas anunciaron que se reducirán los intereses de los préstamos hipotecarios ya existentes -ahorrarán unos 21.000 millones de dólares a 50 millones de hogares- y se bajará al 15 % la cuota mínima de entrada que deben abonar quienes deseen comprar una segunda vivienda, en un intento de revivir el sector inmobiliario, sumido desde hace tres años en una intensa crisis.
La medida se enmarcó en un paquete de medidas presentado por las autoridades que también incluye la creación de mecanismos para ofrecer unos 114.000 millones de dólares tanto en financiación a firmas de valores, fondos o aseguradoras, como en créditos para que las empresas que cotizan en bolsa recompren sus acciones y eleven así su valor en el mercado.
Dichos anuncios provocaron que los mercados bursátiles chinos experimentasen considerables subidas en días posteriores, situándose en los mejores niveles de los últimos doce meses.
Los parqués del gigante asiático también reaccionaron este martes favorablemente a la rueda de prensa de la CNRD, con alzas de más del 10 % a la apertura tanto en Shanghái como en Shenzhen.
La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial.
Según los expertos, el paquete de medidas anunciado la semana pasada supone "un paso en la dirección correcta" aunque será "insuficiente" para reavivar la recuperación económica china a menos que venga acompañado de un mayor gasto público, una cuestión que podría chocar con las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda. EFE
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