Bustinduy avisa que el debate europeo sobre inmigración sólo alimenta la ultraderecha

Pablo Bustinduy critica la creciente influencia de la ultraderecha en el debate migratorio europeo y aboga por priorizar la responsabilidad y el cumplimiento de las obligaciones en derechos humanos

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París, 8 oct (EFE).- El ministro español de Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy, criticó este martes la evolución del debate europeo sobre la inmigración, que a su juicio sirve a los intereses de la ultraderecha, e insistió en que hay que evitar ser "rehén" del "discurso del miedo y del odio al que viene de fuera".

"La reflexión a la que me lleva a mi la evolución del debate europeo sobre la migración es que se le está haciendo permanentemente el juego a la agenda de las fuerzas de ultraderecha", señaló Bustinduy en París, a su llegada a una reunión de ministros de Consumo en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Preguntado sobre los términos de ese debate y las posiciones más restrictivas con la inmigración que están adoptando países como Francia, Alemania, Austria o Italia, señaló que en todos esos países "las fuerzas de ultraderecha están en crecimiento, están en auge, y lo que están haciendo es imponer sus agendas, monopolizar la esfera pública y los debates con los temas que supuestamente les convienen".

A su parecer, eso implica que "no se está hablando del problema de la vivienda, no se está hablando de los sistemas de protección social, no se está hablando del futuro de los Estados del Bienestar".

Por eso, el ministro de Sumar afirmó que "lo que corresponde a los partidos que sí defienden los derechos humanos y sí defienden los que han sido los principios básicos del Estado del Bienestar y la democracia es negarse a ser rehenes de esta operación que busca secuestrar la agenda pública para imponer un discurso del miedo y del odio hacia el que viene de fuera".

Recordó que España ha acogido en los últimos años a 200.000 ucranianos "sin que eso se convirtiera en objeto de juegos políticos, en escenificación de disputas o de intereses o estrategias de corto plazo" y "no hubo ningún problema".

De ahí que a su juicio lo que tiene que imperar en las polémicas que hay ahora sobre la acogida de migrantes en España es la "responsabilidad" y el cumplimiento de las obligaciones internacionales sobre derechos humanos.

"Las coordenadas en las que debe darse este debate no es otro que el de las obligaciones internacionales que ha suscrito España en materia del derecho internacional de los derechos humanos", afirmó antes de calificar de "inaceptable e incomprensible" la situación que se vive en Canarias.

"Creo -añadió- que una inmensa mayoría de la ciudadanía no entiende cómo ante una situación como la que se está viviendo en Canarias todas las administraciones y todos los actores políticos no arrimen el hombro y hagan lo que les corresponde, que es aportar desde la solidaridad, desde la ayuda mutua para darle una solución a una situación que la requiere".

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