Bárbara Rey, tranquila, se regala un dulce a capricho a su regreso a Marbella tras los nuevos audios con el Emérito

Guardar

Bárbara Rey ha regresado a su casa de Marbella para escapar de la presión mediática que ha sufrido en Madrid en los últimos días tras la publicación de sus conversaciones íntimas con el Rey Juan Carlos. Llamadas que la vedette habría grabado en la década de los 90, que han visto la luz en 'Ok Diario' y en '¡De Viernes!' y en las que el Emérito se sincera con la vedette sobre su matrimonio con la Reina Sofía. Sin imaginarse que alguien más llegaría a escuchar dichas conversaciones, el padre de Felipe VI confiesa que no hace vida familiar con su mujer ni mantienen ningún tipo de relación, reconociendo que como "profesional" la Reina es la "número 1" porque "cumple, aguanta y encima no se va con otro". Polémicas grabaciones que han dejado en una posición muy complicada a Don Juan Carlos pero también a Bárbara, que tras reunirse con sus abogadas para emprender medidas legales por estas filtraciones, y mientras se especula con que podría contratar a una experta en Derecho Penal para querellarse contra diferentes medios de comunicación y contra su hijo Ángel Cristo por revelación de secretos y sustracción de material privado -al parecer tiene decidido pedir pena de cárcel contra él por la gravedad de los delitos- ha puesto tierra de por medio y se refugia en su residencia de Marbella. A pesar de que no están siendo momentos fáciles y su entorno asegura que está pasándolo muy mal porque sus conversaciones con el Emérito sobre la Reina Sofía hayan visto la luz, Bárbara ha reaparecido tranquila y aparentemente relajada. Y completamente sola se ha regalado un plan para 'ahogar' sus penas con un dulce capricho. Ajena a la presencia de cámaras, la artista se desplazó a una cafetería cercana a su domicilio donde disfrutó en solitario de un helado que degustó lentamente con aire pensativo, sin quitarse las gafas de sol en ningún momento a pesar de encontrarse en el interior de un establecimiento. Muy seria al ver a la prensa, Bárbara ponía rumbo a su casa guardando silencio absoluto sin pronunciarse sobre los nuevos audios en los que habla con el Rey Juan Carlos de Doña Sofía, dejando en el aire si es cierto que está apenada porque la Emérita haya tenido que escuchar ciertas cosas. Impasible, la vedette tampoco ha aclarado si es cierto que va a cambiar de abogada ni si tiene miedo del material que Ángel ha dejado entrever que podría ver la luz en los próximos días. Nerviosa, al percatarse de la presencia de varios reporteros a las puertas de su casa, Bárbara decidía dar marcha atrás y abandonar el lugar conduciendo su coche para intentar esquivar las preguntas sobre un escándalo del que todavía no hemos visto todo.

Guardar