Las autoridades de Reino Unido han informado este lunes de que han decidido retirar a los familiares de su personal diplomático en Israel, si bien han matizado que los miembros de la legación sí permanecerán en territorio israelí a pesar de la escalada de hostilidades en Oriente Próximo y en una jornada marcada por el primer aniversario de los ataques de Hamás, desencadenantes de la actual guerra regional. "Como medida de precaución tras la escalada de violencia en la región, los familiares del personal de la Embajada británica han sido retirados temporalmente. Nuestro personal permanece allí", ha señalado el Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido, que incide en que la asistencia consular en Israel "está muy limitada". Desde Londres no consideran necesario evacuar a los británicos en Israel, aunque sí reconocen que la situación "evoluciona rápidamente y plantea riesgos importantes". Así, instan a sus ciudadanos a estar preparados y tener a disposición la documentación necesaria en caso de tener que "viajar con poca antelación". La diplomacia británica ha actualizado su web sobre recomendaciones de viaje a Israel, un país al que desaconseja viajar a excepción de situaciones indispensables. Incluso en las zonas cercanas a la Franja de Gaza, Cisjordania y el norte del país recomienda evitar viajar en cualquier circunstancia. Esta decisión del Gobierno británico se produce en una jornada en que se cumple el primer aniversario de los ataques de Hamás contra Israel, en los que el grupo islamista mató a casi 1.200 personas y secuestró a otras cerca de 240. Este suceso pronto recibió una respuesta israelí, que inició una operación militar en la Franja de Gaza que se cobra ya la vida de cerca de 42.000 palestinos. A Israel se le abrieron más frentes desde el siguiente día al ataque, pues el 8 de octubre la milicia libanesa Hezbolá lanzó misiles contra el norte en solidaridad con la causa palestina. El Ejército de Israel recrudeció a mediados de septiembre su ofensiva contra la milicia chií, llegando a matar a su líder, Hasán Nasralá, en unos ataques contra Líbano que dejan también más de 2.000 muertos.