Un golazo en 51 segundos y una reacción insuficiente

Atlético de Madrid empata 1-1 ante Real Sociedad tras un inicio eléctrico; un gol de Julián Álvarez y un tanto de Luka Sucic marcan el desenlace de un partido crucial para el equipo rojiblanco

Guardar

Iñaki Dufour

Madrid, 6 oct (EFE).- Entre la revolución de su once, con cinco cambios respecto al golpetazo del pasado miércoles contra el Benfica en Lisboa, fueron tres de los seis futbolistas que se mantuvieron en el equipo titular quienes expresaron la reacción a toda velocidad, en 51 segundos, desde la recuperación de Koke Resurrección hasta el remate de Julián Alvarez, tras una bonita dejada atrás de tacón de Antoine Griezmann en el área, pero insuficiente para salir vencedor ante la Real Sociedad, que empató con un golazo de Luka Sucic.

Un 1-1 frustrante para el defensivo Atlético. La victoria aparecía imprescindible tal y como había sido el desarrollo de la novena jornada de LaLiga EA Sports. Ganador el sábado el Real Madrid y vencedor este domingo horas antes el Barcelona, ya siete puntos aún por encima en el liderato respecto al conjunto rojiblanco, no le quedaba otra que ganar al equipo de Simeone. Apuntó a ello, más allá del juego. Pegada, firmeza defensiva y Jan Oblak.

Hasta el 1-1, ya en el minuto 83, con un zurdazo y comba formidable del futbolista local. La perdida de balón fue de Rodrigo de Paul. Un error, casi el único atrás, que restó dos puntos al conjunto rojiblanco, por delante desde el primer minuto, con el 0-1 cuyo pase por alto a Griezmann, por encima de la defensa, perfecto a su desmarque, fue de Javi Galán.

Un suplente tan habitual a las órdenes de Diego Simeone que, entre el primer semestre del pasado curso y el inicio de éste (estuvo cedido desde el pasado mercado de invierno precisamente en el conjunto donostiarra), en un total de 40 partidos disponible, este domingo era tan solo su tercer encuentro como titular. Descriptivo. Fue clave por el centro y por cómo se adelantó a Mikel Oyarzabal en el 58 ante un remate claro. No fue suficiente.

Pasador en el 1-1 para Ángel Correa la anterior jornada en el derbi contra el Real Madrid, cuando el carrilero izquierdo disputó sus primeros instantes de la temporada, la visita al Reale Arena supuso su ocasión en el once, transformado por Simeone. De cuarta opción a la titularidad. También debutó el central Clement Lenglet. Al undécimo duelo. Y retornaron a la alineación Pablo Barrios, tras seis partidos de baja, Nahuel Molina y Conor Gallagher.

No jugó de inicio Alexander Sorloth, suplente por segundo encuentro consecutivo (jugó el tramo final en sustitución de Julián Alvarez), sin gol desde su primer remate en la primera jornada contra el Villarreal, relegado al banquillo por la búsqueda del equilibrio de Simeone, que apostó finalmente por Koke en vez de insistir con el tridente, del que prescindió del noruego, pero mantuvo a Griezmann y Julián Alvarez, conectados y definitivos en el 0-1.

Las sociedades naturales que persigue Simeone para el crecimiento ofensivo. Sabe el técnico que los mecanismos en ataque aún están en ajuste, sin la precisión ni el funcionamiento que imaginó cuando conformó su plantilla y que trabaja cada día en cada entrenamiento, consciente de la cualidad indispensable de la pegada para pensar en grande.

La más perceptible debe comprender a los tres. La más tangible en el Reale Arena conectó a Griezmann, como pasador, y Julián Alvarez, como goleador, certero en su remate antes del primer minuto con un zurdazo cruzado que sobrepasó a Álex Remiro. El 0-1 a los 51 segundos. La estadística avanzada le daba un 11 por ciento de posibilidades para el gol.

La mejor respuesta a todo lo que le ocurrió en Lisboa, cuando el equipo fue un desastre de principio a fin. Se cayeron del once Rodrigo de Paul, Reinildo Mandava, Samuel Lino y Ángel Correa, aparte del lesionado Marcos Llorente, baja las próximas tres semanas.

Un ataque incontestable, un golazo y una gran definición de un delantero llamado a mucho más, por el momento aún con tres tantos... Pero también la reivindicación después Jan Oblak, por más que los últimos tiempos hayan puesto en duda todo el talento bajo los palos, insuperable como se le recuerda desde hace tiempo cuando sacó la mano izquierda, primero a Zubimendi, y la derecha, después, a Aguerd.

Contundencia. Es la palabra más repetida por Simeone como virtud más decisiva del fútbol. En el área contraria, pero también en la propia, en la que debió emplearse a fondo después, pertrechado en el 5-4-1 diseñado por Simeone para anular todas la cualidades ofensivas de la Real Sociedad. De Oyarzabal, Sucic, Kubo, Becker... Mucho más aplicado que en Lisboa.

Aún tiene problemas el Atlético en el control, en la posesión, en la combinación y en la transición cuando su adversario lo presiona. Lo sufrió también por momentos, sobre todo superado el ecuador del primer tiempo, cuando apenas le duró el balón, recuperación tras recuperación del equipo donostiarra, sin la posibilidad de salir ya el conjunto rojiblanco más allá de su territorio entre la preocupación y los gestos insistentes de Diego Simeone.

Nahuel Molina, Giménez, Lenglet, Witsel, Galán... El Atlético, replegado casi siempre, se multiplicó en cada centro aéreo sobre su área. En cada cruce. En cada despeje. No se volvió a acercar por el otro área, hasta un remate sin ángulo de Pablo Barrios, ya por el minuto 55. Instantes después, en otro contragolpe, remató alto Nahuel Molina.

Javi Galán salvó el remate de Oyarzabal. Decisivo para sostener el marco imbatido de Jan Oblak, a cero cuatro encuentros después hasta que Sucic se inventó un golazo. Otro golpe para este Atlético, a siete puntos ya del Barcelona. EFE

Guardar