Gonzalo Sánchez
Roma, 6 oct (EFE).- El vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, obtuvo este domingo el respaldo de sus socios de la ultraderecha europea e internacional, en medio de un juicio en su contra por impedir el desembarco de inmigrantes del barco de la ONG española Open Arms en 2019, en el que le piden 6 años de prisión.
"Cuando me saqué el carné de militante de la Liga, como estudiante en 1990, jamás imaginé que algún día acabaría imputado en un tribunal. Sí, estoy siendo procesado, pero no estoy preocupado en absoluto, como mucho indignado y sorprendido", confesó el político ante miles de seguidores reunidos en los prados de Pontida (norte).
Esta pequeña localidad es el bastión histórico de su partido, la Liga, pero en esta ocasión, lo que cada año es la convención anual de la formación, ha sido planteada como en una manifestación de apoyo al líder debido a sus problemas con la justicia.
Salvini, actual vicepresidente de Giorgia Meloni, está imputado por los delitos de secuestro de personas y abuso de poder por haber impedido el desembarco durante 20 días de 147 inmigrantes rescatados en el mar por la ONG española Open Arms en 2019, cuando era ministro de Interior, en el marco de su férrea política antimigratoria.
La Fiscalía ha pedido para él la condena de seis años de prisión y el próximo 18 de octubre el Tribunal de Palermo (sur) celebrara una nueva audiencia en la que se su abogada pronunciará su defensa final. La sentencia de primer grado se espera las próximas semanas.
El político, con un semblante notoriamente serio, aseguró que él "siempre asume la responsabilidad" de sus acciones. Y entre ellas está su doctrina antiinmigración, con la que por entonces hostigaba a las ONG que salvan personas en el mar.
"No soporto a quien escapa, huye o reniegan", prometió rodeado de la plana mayor de su partido, entre presientes regionales, ministros y otros cargos políticos controlados por la Liga.
Salvini terminó su discurso avisando que, más allá de cual sea el desenlace en el Tribunal de Palermo, podrá condenarle a él pero no a su movimiento político.
"Aún en la hipótesis increíble de que al final la justicia italiana decidiera condenarme, yo cruzaría las puertas de la cárcel con la cabeza alta. Pueden procesar a una persona que ha hecho su deber pero no a todo un pueblo. Pueden arrestar a una persona que ha defendido Italia y los italianos, no a todo un pueblo", sostuvo.
Y terminó a gritos: "Os quiero y os doy mi palabra: yo no rindo ni me rendiré jamás, por vosotros y vuestros hijos. Nosotros no nos rendimos".
La concentración de Pontida concentró a miles de personas, que como siempre no dudaron en exhibir todo tipo de objetos de mercadotecnia como camisetas de Donald Trump o banderas de Israel, cuando se cumple un año del ataque de los yihadistas de Hamás.
Pero, sobre todo, también acogió un desfile de representantes de la extrema derecha europea e internacional que, ya sea en vídeo o en persona, intervinieron en el acto en apoyo de Salvini.
El más esperado y ovacionado fue el primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien ensalzó a su aliado italiano como "un héroe" por "haber cerrado las fronteras y haber defendido las casas de los italianos".
"De hecho también defendió Europa y merecería una condecoración, no un juicio. Lo que está ocurriendo es una vergüenza y también una vergüenza de la izquierda. Salvini es un patriota europeo", atacó.
También pasó por el lugar el portavoz nacional del partido español Vox, José Antonio Fúster, quien arremetió contra Bruselas, describió una Europa "asediada por la amenaza común del fanatismo religioso islamista" y avisó de una "crisis de valores" en el continente.
El neerlandés Geert Wilders también expresó su respaldo al socio italiano: "Te quiero Matteo. Cuando estés la próxima semana ante el Tribunal recuerda que eres nuestro héroe", proclamó, para después llamar a defenderse del "tsunami de la inmigración de masa".
Por vídeo intervinieron el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien respaldó la doctrina de Salvini porque, a su parecer, dijo, "somos nosotros quienes deben decidir quién entra en nuestra casa", así como el presidente del presidente de la 'Agrupación Nacional' francesa, Jordan Bardella.
Por su parte, el presidente del partido portugués 'Chega', André Ventura, presente en Pontida, sostuvo que Salvini está siendo "perseguido" y animó a "defenderlo". EFE
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