Moscú, 6 oct (EFE).- Varios cientos de personas han firmado ya una petición popular para conceder el premio Nobel de la Paz a la ciudad rusa de Beslán, cuya escuela fue escenario hace 20 años de uno de los atentados terroristas más graves de las últimas décadas en el mundo.
"Esto es resultado del trabajo de muchos años. Existe el bien y el mal. La luz y las tinieblas. Hay guerra y paz. Nosotros estamos a favor de la paz", aseguró Susana Dudíeva, presidenta de la organización Madres de Beslán, en un comunicado.
La iniciativa procede de la organización no gubernamental italiana dirigida por el activista Ennio Bordato (Aiutateci a Salvare i Bambini) que se dedica a defender los derechos de los niños en el mundo.
"El resultado es bueno, pero queremos recabar el mayor número de firmas posibles. Esperamos que sean varios miles", comentó Bordato.
La petición, que coincide con el aniversario de la muerte de 334 personas en la conocida como Matanza de Beslán, estará abierta varios meses, según sus organizadores.
El pasado 3 de septiembre Rusia recordó la matanza de 2004 con la notoria ausencia del presidente, Vladímir Putin, que se niega a aceptar su responsabilidad por el fallido asalto que puso fin a tres días de secuestro de una escuela repleta de niños a manos de un comando checheno en la república de Osetia del Norte (Cáucaso norte).
El atentado sigue siendo una herida abierta, no solo por el saldo mortal y el hecho de que 186 de los muertos eran niños, sino también porque la investigación oficial no ha satisfecho las demandas de los familiares, que también responsabilizan a las fuerzas de seguridad de lo ocurrido.
"Lo ocurrido en el Crocus City Hall es una continuación de Beslán. Las autoridades no extrajeron las lecciones necesarias", comentó recientemente a EFE Dudíeva.
Las madres, que se referían al atentado islamista de marzo pasado contra una sala de conciertos en Moscú, consideran que una investigación sobre Beslán salvaría muchas vidas, pero el Kremlin se resiste.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó en 2017 a Rusia por no proteger el derecho a la vida de los rehenes al no minimizar los riesgos en la operación de salvamento y, posteriormente, cometer graves deficiencias en la investigación.
El pasado 20 de agosto Putin visitó por segunda vez en 20 años Beslán, donde admitió que el atentado es una "herida abierta", pero rehuyó la responsabilidad del Estado en la improvisada operación de rescate.EFE