Carlos Mateos Gil
Madrid, 6 oct (EFE).- El Real Madrid rompió una racha de tres derrotas consecutivas venciendo a un pegajoso Casademont Zaragoza (101-95), y con ello gana algo de confianza y margen para pulir con tranquilidad y trabajo los detalles que aún le impiden funcionar al ritmo que acostumbra.
El que en otras circunstancias hubiera sido un duelo de tantos dentro de los que se juegan en la liga regular, cobraba en esta ocasión mayor trascendencia para los locales después de un comienzo de temporada con más luces que sombras y algunas dudas.
En su primer partido ante su gente la necesidad no aceleró al Real Madrid, que midió con tino sus primeros ataques para ir así respondiendo a las canastas del rival. Pese a ello no dejó de ser castigado por algunos de los notorios pecados que lleva arrastrando desde el comienzo de la presente temporada.
Así, volvió a ser tibio a la hora de defender los triples, concediendo situaciones de tiro cómodas para el bando aragonés. También se mostró poco expeditivo para cerrar su aro, entregando rebotes ofensivos que mantenían vivos los ataques del contrario. Todo eso, y un 0 de 4 desde lejos, no evitó que el equipo se fuera por delante al final del primer cuarto, dejando también notas positivas como la valentía para atacar la canasta y generar situaciones de 2+1 (23-20, min.10).
El maleficio con los lanzamientos exteriores lo rompió Sergio Llull a la octava. Le siguió a partir de ahí Mario Hezonja, ausente en las tres derrotas consecutivas, primero por enfermedad y luego por paternidad. El croata fue protagonista de uno de los pasajes más atractivos de la primera mitad, un intercambio de lanzamientos de tres exitosos con A.J. Slaughter, que se saldó con dos aciertos para cada uno superado el ecuador del segundo acto (47-46, m.20).
De los vestuarios salió de nuevo el Casademont Zaragoza con triples en la recámara y, gracias a dos seguidos de Slaughter y Marco Spissu, logró ponerse por delante, algo que solo había sucedido una vez, y brevemente, desde el 6-7. No solo no lo contrarrestó el anfitrión sino que con un parcial de 11-2 liderado por Eli John Ndiaye alcanzó su máxima renta favorable (66-56, m.26).
El colchón de la decena lo mantuvo Andrés Feliz hasta la media hora en la que fue, de largo, su mejor actuación desde que llegó el pasado verano. Confiado en sus entradas a la zona e intenso en defensa, dejó destellos en un momento de inercia positiva que se frenó en los instantes iniciales del cuarto decisivo.
Ahí volvió a darle un mordisco al resultado el plantel de Porfirio Fisac, que se acercó hasta los dos puntos gracias a las excelentes prestaciones de Trae Bell-Haynes, capaz de anotar diez puntos en los cinco minutos de partida del cuarto decisivo (85-84, m.35).
A esas alturas el Real Madrid ya tenía asumido que le iba a tocar sufrir de nuevo. Tras un intrascendente y anodino toma y daca de tiros libres, Walter Tavares forzó un 2+1 que insufló aire a los de casa y a la postre les encaminó hasta el triunfo definitivo pese a los esfuerzos postreros de los visitantes.
- Ficha técnica:
101 - Real Madrid (23+24+28+26): Campazzo (7), Abalde (-), Musa (18), Ndiaye (10), Tavares (9) -equipo inicial-, Rathan-Mayes (4), Deck (18), Llull (7), Ibaka (2), Andrés Feliz (13), y Hezonja (13).
95 - Real Madrid (20+26+23+26): Spissu (17), Slaughter (13), Miguel González (-), Sulejmanovic (7), Bango (11) -equipo inicial-, Bell-Haynes (21), Yusta (6), Dubljevic (18), Mencía (-), Joaquín Rodríguez (2), y Jaime Fernández (-).
Árbitros: Óscar Perea, Francisco Araña y Andrés Fernández. Excluyeron a Tavares por cinco faltas personales (m.38).
Incidencias: partido de la jornada 2 de la Liga Endesa disputado en el WiZink Center ante 7.937 espectadores. EFE