Kulpash Konyrova
Astaná, 5 oct (EFE).- Kazajistán, un país que renunció a las armas nucleares hace 30 años y que fue escenario de casi medio millar de pruebas atómicas soviéticas, decide el domingo en referéndum si aprueba la construcción de la primera planta nuclear en la historia de la república centroasiática.
"¿Está usted de acuerdo con la construcción de una central nuclear en Kazajistán?", es la pregunta a la que deben responder los más de 12 millones de kazajos que están llamados a las urnas.
La pregunta es aparentemente simple, pero no lo es tanto para los habitantes de este país, donde miles aún sufren las consecuencias de la radiactividad desprendida por el tristemente famoso polígono de Semipalátinsk, en el nordeste de Kazajistán.
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, apuesta por el pragmatismo, la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles, es decir, el carbón, y también de las importaciones eléctricas de Rusia, que ascendieron en los primeros ocho meses a 280 millones de kilovatios.
El país, el mayor productor mundial de mineral de uranio, depende en un 80 % de las minas de carbón para la generación de electricidad -un sector altamente contaminante-, frente al 15 % generado por las centrales hidroléctricas.
"Teniendo en cuenta el incremento del déficit energético global, necesitamos con urgencia fuentes de energía fiables y limpias desde el punto de vista ecológico. Debemos pensar en el futuro", aseguró Tokáyev ante el Parlamento.
Discrepa Aset Naurizbáyev, un conocido experto en energía, quien asegura que Kazajistán podría pagar un alto precio debido a las sanciones occidentales contra Rusia y también arguye que el futuro no radica en el átomo, sino en las energías renovables como el sol y el viento.
En todo caso, los analistas consideran que la decisión de construir la planta en las inmediaciones del lago Balkhash ya está tomada y la consulta únicamente está destinada a otorgarle legitimidad.
Lo mismo ocurre con el país que recibirá el encargo, Rusia -que tiene prevista construir una planta similar en la vecina Uzbekistán-, aunque también participan en el concurso China, Francia y Corea del Sur.
"Es necesario escuchar no solo la opinión del Gobierno, sino de ecologistas y académicos", alertó a EFE el activista antinuclear y pintor, Karipbek Kuyúkov, quien nació sin brazos a consecuencia de la radiación.
Según datos oficiales, en los últimos años el número de pacientes con problemas oncológicos aumentó un 25-30 % hasta los 36.000 anuales. Además, la edad de los afectados también ha bajado considerablemente.
Los detractores tienen argumentos de peso. El trauma histórico que supusieron los ensayos nucleares soviéticos; la posible implicación del Kremlin en el proyecto; el chantaje militar entre rusos y ucranianos con las plantas de Zaporiyia y Kursk, y el desorbitado coste de la electricidad para el consumidor.
"Para nosotros es un tema de seguridad nacional. El ejemplo de Ucrania lo demuestra con claridad. Nadie puede garantizar que en Kazajistán no haya guerra. ¡Alá no lo quiera!, pero en cualquier caso hay que pensar en esa posibilidad", comentó a EFE el economista kazajo Daniyar Kalíev.
No sólo entre los expertos existen dudas, ya que pensionistas como Naguizján Tuleubáev también se oponen. Advierte que el cáncer "rejuvenece", muchas mujeres son infértiles y millones de hectáreas de tierra será yermas durante varios siglos debido a la radiactividad.
Todos los sondeos que han sido publicados en los últimos días dan la razón al Gobierno, que controla la gran mayoría de medios de comunicación. El sí ganaría con claridad, según esas encuestas, en ocasiones con más de dos tercios de los votos (72,9 % frente a 22,3 %).
Al respecto, el director de la red de centrales eléctricas que emplean combustible nuclear, Timur Zhantikin, insiste en que el reactor elegido es seguro, cuanto más que el proyecto cuenta con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA); que Kazajistán debe renunciar tarde o temprano al carbón y que la guerra es un caso de "fuerza mayor".
"Si uno siempre tiene miedo, entonces no tiene sentido construir nada, ya que un bombardeo también puede teóricamente alcanzar cualquier infraestructura civil", comentó a EFE.
A la hora de convocar la consulta, Tokáyev habló del programa 'Estado que escucha', pero la realidad es que cinco activistas contrarios a la central nuclear han sido detenidos, según denunciaron esta semana sus abogados a medios occidentales
La prensa independiente y algunos expertos también han expresado dudas sobre el referéndum ante la ausencia de los observadores occidentales, a lo que suman sus críticas por la celebración hasta hoy, sábado, de maniobras de la alianza militar postsoviética, lo que interpretan como un aviso contra posibles protestas antigubernamentales.EFE
(foto)