Guillermo Benavides
Pekín, 4 oct (EFE).- La entrada más cara para ver ganar a Carlos Alcaraz en el Abierto de China fue de 367,6 dólares. Las autoridades de China han catalogado el torneo como una de las diez atracciones turísticas más importantes de Pekín. Paula Badosa ya está en semifinales y si gana ingresará 1,1 millones de dólares.
Con billetes agotados para las finales y un modelo de negocio que busca diversificar ingresos, el torneo se ha consolidado como un evento comercial rentable desde 2015, según un informe del medio estatal China Sports Daily.
Desde su creación en 2004, el Abierto de China ha experimentado un crecimiento financiero significativo. En aquel año, los premios, sumando el torneo masculino y femenino, eran de poco más de 1 millón de dólares. Ahora, en 2024, se han elevado a un total de más de 3,72 millones de dólares para los participantes en el torneo masculino y de 1,1 millones de dólares para la campeona del femenino.
Este año, el torneo alcanzó el equilibrio financiero, con ingresos operativos de 160 millones de yuanes (22,8 millones de dólares) frente a costos de 150 millones (21,4 millones de dólares), logrando una pequeña ganancia gracias a la venta de boletos y, sobre todo, patrocinios, la principal fuente de ingresos.
En 2018, por ejemplo, el espónsor principal aportaba 40 millones de yuanes (5,7 millones de dólares), mientras que los auspiciantes de categoría ‘diamante’ y ‘platino’ contribuían con 20 y 10 millones de yuanes (2,8 y 1,4 millones de dólares), respectivamente.
Con el modelo de patrocinio ‘1+3+8’ (1 patrocinador principal -Mercedes Benz-, 3 diamantes y 8 platinos), que sigue vigente este 2024, se totalizó entonces ingresos por patrocinadores de 180 millones de yuanes (25 millones de dólares).
La venta de entradas es otro motor económico del Abierto de China, con precios que varían desde 50 yuanes (7,1 dólares) para la entrada al complejo tenístico pekinés, pasando por 380 yuanes (54,1 dólares) para la entrada más barata de la pista central, hasta los 2.580 yuanes (367,6 dólares) para un asiento VIP en la final masculina.
La estrategia de precios, según expertos económicos, está diseñada para maximizar ingresos y atraer a diferentes segmentos del mercado, sobre todo durante la conocida como Semana Dorada, uno de los períodos vacacionales más importantes de China con motivo del Día Nacional, cuando la demanda se dispara.
En la venta anticipada de este año para socios, iniciada el 2 de agosto, se vendieron 25.922 entradas, triplicando las cifras del año anterior.
Además, el éxito de la tenista china Zheng Qinwen, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París, ha sido un catalizador para la venta de entradas, especialmente para la final femenina, para la que se agotaron rápidamente.
La colaboración con la cadena estatal CCTV como coorganizadora desde 2004 ha contribuido a ampliar su alcance mediático, aunque la diversificación de fuentes de ingresos sigue siendo un reto en un mercado donde los derechos de retransmisión son secundarios frente a los patrocinios.
En un evento que ha vendido el doble de boletos respecto al año anterior, la combinación de experiencias VIP, actividades para espectadores y una oferta gastronómica variada, desde puestos de comida rápida hasta menús inspirados en el tenis, han convertido el torneo en una experiencia más allá de lo deportivo.
Las autoridades de China han catalogado al Abierto de China como una de las diez atracciones turísticas más importantes de Pekín.
Pero la promoción del Abierto de China no se centra exclusivamente en los torneos masculino y femenino, sino que ha desarrollado estrategias para ir más allá del juego, fomentando la práctica del tenis y ofreciendo experiencias únicas para espectadores de todas las edades.
Durante el torneo, se llevan a cabo talleres de tenis y sesiones de entrenamiento abiertas, en las que jugadores profesionales comparten su experiencia y animan a los jóvenes a practicar este deporte.
La organización también instala áreas interactivas, con juegos y simuladores de realidad aumentada, diseñados para involucrar al público y enriquecer la experiencia del evento, o promocionar nuevas modalidades de raqueta, como el ‘pickleball’.
Por ejemplo, los organizadores celebran un mercado en el Centro Nacional de Tenis, sede del torneo, que combina deporte, cultura y entretenimiento, con el que buscan crear un ambiente festivo para los aficionados.
El Abierto de China, a través de sus diversas actividades, combina deporte y tradición, incorporando elementos de la cultura china en ceremonias de apertura y eventos para los jugadores, como exhibiciones de artesanía y gastronomía local. EFE
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