David Villafranca
Nueva York, 4 oct (EFE).- Es hora del balance. Caitlin Clark y sus Indiana Fever congregaron a 340.715 espectadores durante la temporada. Su partido en casa de las Washington Mystics batió el récord de asistencia con 20.711 personas en las gradas. La WNBA aumentó un 601% las ventas de 'merchandising'. La novata del año rompe récords.
Enormes registros de público y de espectadores por televisión. Una repercusión jamás antes alcanzada. Caitlin Clark como bandera de un cambio que ha llegado para quedarse. La WNBA cierra una temporada histórica y sueña con un futuro más brillante que nunca.
Hay pocas imágenes más típicas del baloncesto en Nueva York que ver a Spike Lee sentado en primera fila del Madison Square Garden, animando con furia a sus New York Knicks y gritando a todo aquel jugador rival que pase por su lado.
Pero el pasado domingo, el carismático director de 'Do The Right Thing' cambió Manhattan por Brooklyn, se dejó la garganta por las New York Liberty y 'atormentó' a Kelsey Plum de Las Vegas Aces, con quien tuvo varios encontronazos durante el primer partido de las semifinales de la WNBA.
Lee no fue una estrella aislada. Megan Rapinoe, Sue Bird y Jason Sudeikis también acudieron al estadio Barclays Center, que dos días después, para el segundo encuentro, recibió asimismo a Alicia Keys, Carmelo Anthony, Colin Kaepernick...
Nadie, tampoco las figuras del mundo del deporte y el espectáculo, se quiere perder la explosión de la WNBA, que afronta estas semanas su tramo decisivo del 'playoff' como broche a una campaña histórica y propulsada por el fenómeno de Caitlin Clark.
Por ejemplo, la liga anunció la semana pasada que la temporada regular fue la más vista en 24 años con 54 millones de espectadores únicos entre ABC, CBS, ESPN, ESPN2, ION y NBA TV.
ESPN es la que lleva el peso más importante de la retransmisión de la WNBA y tuvo una respuesta fantástica con su temporada regular más vista de siempre y 1,19 millones de espectadores de media por partido (un 170 % de incremento respecto al año anterior).
Pero los fans no se han enganchado a la WNBA solo a través de las pantallas sino que han acudido en masa a los pabellones.
De este modo, la WNBA selló su asistencia a los estadios más alta en 22 años con 2.353.735 fans, lo que supone un 48 % más que en el curso 2023. Asimismo, el año pasado la WNBA solo colgó el cartel de 'no hay billetes' en 45 ocasiones. ¿Este año? 154 veces.
La media de fans por partido fue de 9.807 espectadores cuando el año anterior se quedó en 6.615 de promedio. Gran parte de la 'culpa' la tiene Clark y sus Indiana Fever, que con 340.715 seguidores en total marcaron un nuevo récord para un equipo de la WNBA en una temporada.
El show de Clark también arrasó a domicilio: su partido contra las Washington Mystics del pasado 19 de septiembre en el Capital One Arena estableció un nuevo récord de asistencia a un partido con 20.711 personas en las gradas.
Todo esto tiene repercusión en las cuentas de la WNBA, que registraron un brutal 601 % de incremento en 2023 en cuanto a las ventas de 'merchandising' en la web de la liga y la tienda central en Nueva York.
Como parte del nuevo y abultado acuerdo televisivo de la NBA, la WNBA recibirá 200 millones de dólares al año en las próximas once temporadas (hasta ahora eran unos 60 millones).
Tras convertirse en una leyenda de la NCAA, Clark desembarcó con enormes expectativas en la WNBA y no decepcionó para nada en su primera temporada batiendo el récord histórico de asistencias en una campaña (337).
Además, superó la marca de puntos para una novata (769). Registros que le sirvieron para ser elegida novata del año. Además, acabó cuarta en la votación para el MVP, que se llevó A'ja Wilson por tercera vez en los últimos cinco años.
La pívot de Las Vegas Aces, elegida MVP de forma unánime, firmó otra campaña impresionante superando las marcas de puntos totales en una temporada (1.021) y rebotes totales (451).
También brilló con luz propia Angel Reese (Chicago Sky), la gran rival de Clark en la época universitaria y que se hizo la reina del rebote hasta establecer un récord de 15 dobles-dobles consecutivos.
Fuera de lo estrictamente competitivo, Sabrina Ionescu (New York Liberty) dejó una de las imágenes del año enfrentándose y poniéndole las cosas muy difíciles a Stephen Curry (Golden State Warriors) en el concurso de triples del All-Star de la NBA.
Pero la WNBA ya mira a lo que está por venir y no deja de encontrar motivos para sonreír: promesas como JuJu Watkins y Paige Bueckers asoman en el horizonte, un nuevo equipo debutará la próxima temporada (Golden State Valkyries) y dos más lo harán en 2026 (Toronto y Portland) para llevar la liga a un total de 15 franquicias. EFE