El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Herzi Halevi, ha asegurado este jueves que el principal objetivo de los ataques en Líbano es el de expulsar al partido-milicia chií Hezbolá de sus posiciones en el sur del país, única forma de garantizar la seguridad en el norte del territorio israelí. "Para el regreso de los residentes debemos destruir la infraestructura terrorista que Hezbolá ha construido cerca de la frontera para atacar nuestras ciudades el día que se les de la orden y matar a civiles israelíes", ha señalado Halevi, quien se ha reunido con dos de las divisiones que han ingresado al sur de Líbano. Así las cosas, el jefe del Estado Mayor israelí ha destacado que el Ejército está "muy decidido a destruir estas infraestructuras y matar a quien esté allí". "Los graves daños causados a Hezbolá en todos los sectores de Beirut, el valle (de la Becá) y en el sur de Líbano continuarán", ha dicho Halevi. El máximo representante militar israelí ha lanzado estas declaraciones en un vídeo publicado en la página web del Ejército en el que ha hecho balance de los primeros enfrentamientos entre militares de Israel y milicianos de Hezbolá, los cuales, según él, han sido ventajosos para los intereses de Israel. "Siento un gran respeto por los reservistas, los combatientes y los soldados y comandantes regulares. Continuaremos luchando en todos los frentes, con el objetivo de brindar una mayor seguridad al Estado de Israel", ha remachado Halevi haciendo balance de los primeros tres días de incursión terrestre en el sur de Líbano. Estos últimos acontecimientos se dan en el marco de la ofensiva israelí contra posiciones de Hezbolá en Líbano. Desde mediados de septiembre las FDI han recrudecido sus ataques en territorio libanés, incluida Beirut, y han confirmado la muerte de gran parte de la cúpula del grupo, incluido su líder, Hasán Nasralá. El repunte de las hostilidades se enmarca en los enfrentamientos desde hace cerca de un año, después de que Hezbolá atacara territorio israelí un día después de la ofensiva perpetrada el 7 de octubre de 2023 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas --en la que murieron casi 1.200 personas y otras 240 fueron secuestradas-- y que llevaron a Israel a desatar una cruenta ofensiva contra Gaza, que suma ya casi de 41.800 muertos.