Lisboa, 3 oct (EFE).- El técnico luso Bruno Lage, que llegó al Benfica para afrontar su segunda etapa en el club el pasado 5 de septiembre, ha logrado que "las águilas" remonte el vuelo en liga y ha devuelto a los encarnados las noches gloriosas de 'Champions', tras vencer al Atlético de Madrid (4-0).
Verticalidad, ésa es la base del concepto futbolístico con el que se identifican los futbolistas del Benficas desde el regreso de Lage.
El técnico, de 42 años, es partidario de un juego directo y rápido, aunque su táctica varíe constantemente en función de los jugadores de que disponga y del perfil del rival.
Algo que desarrolló tutelado por el extécnico del Celta de Vigo Carlos Carvalhal, a quien acompañó en sus etapas en el Sheffield Wednesday y el Swansea, de la Premier.
Un enfoque inglés que ha funcionado, ya que desde que se hizo con las riendas en septiembre en sustitución deRoger Schmidt, las 'águilas' acumulan cinco triunfos (tres en la Liga lusa y las otras en la Liga de Campeones), 18 goles a favor y tres en contra.
Es el segundo "rescate" de Lage con el Benfica, ya que en el ecuador de la temporada 2018/19 pasó del filial al primer equipo de forma interina tras la marcha de Rui Vitória.
Fue su debut como primer entrenador, ya que empezó como preparador físico en el Vitória de Setúbal, su ciudad natal, y en otros clubes de la región. Hasta entonces sólo había dirigido categorías inferiores, en Portugal e incluso en los Emiratos Árabes.
Pese a su inexperiencia, logró catapultar al Benfica desde la cuarta plaza hasta el título de Liga con una plantilla donde destacaba un jovencísimo João Félix, que al final de aquella campaña se marchó al Atlético de Madrid.
Félix fue uno de los muchos jóvenes talentos moldeados por Lage, que entre 2004 y 2012 trabajó en varios niveles de la academia del club y dirigió a jugadores de la talla del exbarcelonista João Cancelo o Bernardo Silva y Ederson Morais, ambos actualmente en el Manchester City.
En la campaña siguiente, Lage añadió la Supercopa lusa a su palmarés, pero los resultados empeoraron en un periodo atípico en el que los estadios estuvieron vacíos debido a la pandemia covid y en junio de 2020 fue destituido.
Antes de su cese, vivió uno de los periodos más oscuros de su carrera, cuando ultras apedrearon el autobús que transportaba al equipo y vandalizaron los domicilios de algunos futbolistas -entre ellos el español Álex Grimaldo-, y del propio entrenador.
Después se marchó a Inglaterra, donde condujo al Wolverhampton al décimo puesto de la Premier League en 2021/22, pero fue destituido al comienzo de la temporada siguiente.
Luego recaló en el Botafogo brasileño, entonces líder de la liga con 13 puntos de ventaja, aunque fue cesado tras cuatro victorias en 15 partidos, lo que le dejó vía libre para regresar a un club en el que ya conocía la sensación de la victoria. EFE
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