París, 2 oct (EFE).- La líder ultraderechista Marine Le Pen cargó este miércoles ante el Tribunal Correccional de París contra el que cuando era presidente del Parlamento Europeo (PE) la denunció a ella y a otros miembros de su partido por malversación de fondos de la Eurocámara, el socialdemócrata alemán Martin Schulz.
Le Pen, que declaraba por primera vez en este juicio en el que se sienta en el banquillo, acusó a Schulz de haber instigado esa denuncia por razones políticas, para frenar su movimiento que se había posicionado contra la Unión Europea.
Ya entrada la noche, Le Pen avanzó al estrado en el tercer día del proceso que está previsto que dure dos meses y presentó la que parece que será su principal línea de defensa.
Le Pen y otros 26 miembros de su partido (entonces Frente Nacional, convertido en Agrupación Nacional) están acusados de haber utilizado de forma indebida los asistentes parlamentarios que tenían contratados los eurodiputados, pagados con dinero del Parlamento Europeo.
En concreto, se les reprocha haber utilizado esos asistentes para labores dentro del partido y no para la actividad de eurodiputados, lo que contraviene las normas de la cámara.
El delito de malversación por el que está encausada Le Pen está penado con hasta diez años de cárcel, un millón de euros de multa y diez años de inhabilitación.
En un primer momento, la líder de la extrema derecha francesa recordó que en el origen de este caso está la denuncia de Schulz, al que consideró un rival político de su partido y, por lo tanto, nada neutral.
Señaló que la irrupción del Frente Nacional en el Parlamento Europeo con 24 diputados en 2014 fue percibida por los partidos tradicionales como la llegada de una "bestia negra" y por eso abrieron una investigación sobre sus asistentes parlamentarios "al día siguiente".
El otro eje de su defensa se asienta en la definición propia del trabajo de los asistentes parlamentarios, que para la líder ultraderechista tiene forzosamente un componente político en sentido amplio y no puede restringirse a las áreas estrictas que son competencia del Parlamento Europeo.
Le Pen insistió en que, cuando un grupo como el suyo no tenía posibilidad de presentar iniciativas parlamentarias en la Eurocámara, los asistentes habían de orientarse a otro tipo de actividades y que, a su juicio, estas podían confundirse con labores para el partido.
En cuanto al argumento de la acusación de que muchos de los asistentes figuraban directamente en el organigrama del Frente Nacional, Le Pen replicó que era la respuesta lógica a la propia ambición de esos asistentes, que eran "cantera" de su grupo político.
Previamente testificó ante el tribunal el director financiero del Parlamento Europeo, Didier Klethi, quien aseguró que el trabajo de un asistente parlamentario está bien definido, y no puede pretenderse que está a la interpretación libre de los eurodiputados.
Su testimonio fue un torpedo en la línea de defensa del partido ultraderechista francés, porque vino a negar la confusión posible sobre las misiones de los asistentes parlamentarios a la que se aferra en su estrategia.
El juicio proseguirá la semana próxima y, a un ritmo de tres sesiones por semana, hasta el 27 de noviembre. EFE