La presidenta georgiana devuelve al Parlamento la ley que prohíbe la propaganda LGBT

La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, devuelve al Parlamento la ley sobre la prohibición de propaganda LGTB, generando preocupación en la Unión Europea por el avance de legislaciones controvertidas

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Tiflis, 2 oct (EFE).- La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, devolvió al Parlamento sin promulgar la ley que prohíbe la propaganda LGTB, aprobada por el Parlamento el pasado 17 de septiembre, informó este miércoles su oficina de prensa.

"La presidenta no promulgó la ley. No es un veto. Simplemente la devolvió sin firmar al Parlamento. Nuestra legislación contempla ese procedimiento", declaró a la prensa una portavoz de la Presidencia.

La Constitución de Georgia establece que en caso de que el jefe del Estado no promulgue una ley, la prerrogativa de hacerlo recae en el presidente del Parlamento, que tiene un plazo de cinco días para firmarla, tras lo cual la norma legislativa entrará en vigor.

La ley de 'Valores familiares y la protección de menores', que prohíbe la propaganda de relaciones no tradicionales, los matrimonios entre personas del mismo sexo y la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, fue promovida por la formación gobernante, Sueño Georgiano.

La votación de la ley, aprobada con los votos de los 84 diputados oficialistas, fue boicoteada por la oposición.

La nueva norma legal establece una pena de hasta 4 años de prisión por cirugías de cambio de sexo y una multa de hasta 4.000 lari (unos 1.500 dólares) por difundir propaganda de relaciones homosexuales en instituciones educativas.

La Unión Europea, a la que Georgia aspira ingresar, lamentó previamente los planes de las autoridades georgianas de aprobar la polémica ley de manera "apresurada" y sin consultar con la sociedad.

Se trata de la segunda acta legislativa georgiana criticada por Occidente en los últimos cuatro meses después de la aprobación de la ley de Transparencia de Influencia Extranjera, que sus detractores comparan con una normativa similar de Rusia para acallar a la disidencia. EFE

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