Lima, 1 oct (EFE).- Un grupo de arqueólogos peruanos descubrió un mural en un antiguo centro ceremonial de la cultura moche, desarrollada entre el siglo II y el VII en los valles costeros del norte del país, que muestra a una mujer poderosa, cuyo rol todavía se desconoce, y que desvela el poder femenino en esa civilización preincaica.
La agencia oficial Andina detalló este martes que el mural, del que no hay precedentes, se halló en el sitio arqueológico Pañamarca, ubicado en el norteño departamento de Áncash, un lugar en el que los expertos consideran que vivían unos pocos sacerdotes o personas de gran importancia con sus séquitos.
La arqueóloga Jessica Ortiz Zevallos, directora del proyecto de Pañamarca, detalló a Andina que el mural muestra cuatro escenas diferentes de una mujer poderosa, en algunos casos recibiendo visitantes y en otros sentada en un trono.
"En temporadas anteriores de la investigación del proyecto se documentaron numerosas superficies pintadas en esta sala, incluidas pinturas de hombres y mujeres elegantemente vestidos, guerreros con rasgos de arañas, ciervos, caninos y serpientes, y múltiples batallas entre el héroe mítico moche y sus enemigos del mar", comentó.
La poderosa mujer mochica pintada en las paredes y pilares de la sala del trono, así como en las superficies interiores, está asociada con la luna creciente, con el mar y sus criaturas, y con las artes del hilado y el tejido.
Ortiz destacó que las pinturas murales, que fueron descubiertas en julio pasado, "incluyen una escena poco frecuente, referida a un taller de mujeres hilando y tejiendo, así como una procesión de hombres que portan tejidos y la corona que pertenece a la líder femenina, completa con sus trenzas".
Ahora, los expertos debaten si se trata de un personaje real, una sacerdotisa o una reina, o bien una mítica, de índole religioso.
Hasta el momento, apostilló Ortiz, las pruebas físicas del trono sugieren que "se trata de una persona viva real" y "todas las pruebas apuntan a una mujer líder de Pañamarca en el siglo VII".
Ese sitio está considerado como el centro monumental más meridional de la cultura Moche, un pueblo conocido por las ricas tumbas de su élite, como el Señor de Sipán o la Dama de Cao, y que se organizaba en reinos o señoríos confederados.
Su principal centro religioso son las conocidas como Huacas del Sol y de la Luna, dos enormes pirámides con murales policromados situados en las afueras de Trujillo, la tercera ciudad de Perú.
La sociedad entró en decadencia en el siglo VIII y colapsó, siendo sucedida por el reino Chimú. EFE
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