Dahye, el suburbio beirutí donde fue asesinado Nasrala ahora salpicado de destrucción

Desplazamientos masivos y caos en Kayfoun tras los bombardeos israelíes en el Dahye; familias huyen del suburbio beirutí donde murieron líderes de Hizbulá tras intensos ataques aéreos

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Beirut, 2 oct (EFE).- Fotografías del asesinado líder del grupo chií Hizbulá, Hasán Nasrala, se erigen junto a las ruinas de edificios bombardeados en los últimos días en los suburbios meridionales de Beirut, un bastión del movimiento donde hasta hace poco solo se producían ataques selectivos esporádicos.

Sin embargo, desde la semana pasada, se ha convertido en habitual que el Ejército israelí llame a evacuar con nocturnidad y alevosía diversas áreas del extrarradio del Dahye, avisando a los ciudadanos de que están ubicados "cerca de instalaciones e intereses de Hizbulá".

En una media hora, las explosiones resuenan ya por la capital libanesa.

"Los edificios atacados por el enemigo israelí son civiles, y el objetivo de Israel es destruir y cambiar las características del suburbio", defendió este miércoles el portavoz de Hizbulá, Mohammad Afif, durante una visita con la prensa a algunos puntos bombardeados recientemente en el Dahye.

El propio Nasrala murió allí, en una acción sin precedentes que el viernes alcanzó una sede subterránea de la formación, hizo derrumbarse varios edificios y que oficialmente dejó solo seis muertos, entre conjeturas sobre las bajas reales que podrían haber causado tales bombas antibúnker.

Samer y su familia huyeron de los suburbios hace diez días, cuando comenzó una intensa campaña de bombardeos israelíes contra los bastiones de Hizbulá en el sur y este del país.

"Supimos inmediatamente que la cosa se dirigiría hacia el Dahye, así que fue entonces cuando evacuamos y cuando evacuó también la mayor parte del Dahye (...) Ya no hay civiles viviendo allí, ni siquiera los no civiles", dijo el joven en declaraciones a EFE.

Dice que la situación es muy parecida a la ocurrida durante la última guerra entre el grupo chií e Israel en 2006, cuando la zona fue intensamente bombardeada, pero destaca cómo esta vez todos los barrios están expuestos.

"Antes sabíamos dónde eran los ataques, ahora depende de la suerte y de quién vive en la puerta de al lado a la tuya, si ellos son atacados o no. Antes se conocían las áreas seguras, ahora no hay ningún lugar que sea considerado seguro", sentenció Samer.

El día que huyeron a casa de unas amistades en las montañas de Kayfoun se llevaron poca ropa, convencidos de que sería una estancia breve y de que la violencia nunca "escalaría a este nivel" en este conjunto de barrios adyacentes a la capital.

Desde entonces, solo volvió una vez, muy temprano por la mañana, para recoger más pertenencias y no ve "ninguna razón" para ir de nuevo mientras continúen las actuales oleadas de bombardeos israelíes, que también se producen durante el día sin previo aviso, de forma más limitada.

Según Samer, Kayfoun se empezó a llenar de desplazados a la velocidad del rayo, hasta el punto de que hay hasta cinco familias en una misma casa por escasez de espacio. Así, desde la distancia, es como la población de los bastiones de Hizbulá vivió el anuncio de la muerte de su máximo líder.

"Hubo caos en las montañas según todos los desplazados se iban enterando de la noticia, especialmente porque todo el mundo viene del mismo ambiente e incluso otra que no lo es quedaron en 'shock' con la noticia", recordó.

El preciso día en que murió Nasrala, fue también cuando se quedaron sin inquilinos tres casas ocupadas por familiares de Mehio en diferentes puntos del Dahye.

Su madre y su abuela ya habían abandonado la casa que compartían allí durante un ataque que mató al máximo comandante militar de Hizbulá, Fuad Shukr, a finales de julio, cuando una acción selectiva en los suburbios sur todavía era algo muy poco común.

"Durante el asesinato de Shukr estaba allí en casa de mi abuela y tuvimos que evacuar inmediatamente, en esa situación es puro instinto de supervivencia. Metí a mi familia en el coche y condujimos a mi casa, que está fuera del Dahye", relató a EFE el joven.

Todos tienen miedo a volver e incluso una rápida incursión para chequear si sus viviendas siguen en pie supone una odisea, pese a que durante la breve guerra de 2006 ni siquiera llegaron a abandonar sus hogares en este extrarradio, según el joven.

La tía de Mehio está pensando en abandonar el Líbano "para siempre", mientras que su madre ya ha organizado su viaje, al menos por ahora, de solo ida.

"Fui para coger los documentos de mi madre que también se va del país en unos días, así que tenía que ir. Estaba súper vacío, cada par de bloques veías unos pocos hombres sentados juntos, pero eso es todo", explicó. EFE

(foto)(vídeo)

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