París, 1 oct (EFE).- El nuevo ministro francés del Interior, Bruno Retailleau, conocido por su posicionamiento con una derecha dura, en particular en política migratoria, trata este miércoles de desactivar la polémica que él mismo ha generado por unas declaraciones que parecían cuestionar el Estado de derecho.
En un comunicado publicado por su departamento, Retailleau explica que "el asunto de la protección y de la seguridad de los franceses es demasiado serio y demasiado grave para que sea instrumentalizado por falsos debates".
A su juicio "hay que mirar la realidad de frente" y constatar que "actualmente el derecho no protege lo suficiente a los franceses", en una clara réplica a los que le han criticado por sus polémicas palabras en una entrevista al Journal du Dimanche.
Una semana después de su nombramiento y de varios pronunciamientos contra la legislación actual en el terreno de la seguridad y del control de la inmigración por considerarla demasiado garantista con los presuntos delincuentes o con los inmigrantes sin papeles, el ministro señaló al dominical que "el Estado de derecho no es ni intangible ni sagrado".
"Es un conjunto de reglas, una jerarquía de normas, un control jurisdiccional, una separación de poderes, pero la fuente del Estado de derecho es la democracia, el pueblo soberano", añadió este político miembro Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional.
Esas frases le valieron descalificaciones de otros políticos de izquierdas, pero también de próximos al presidente, Emmanuel Macron, como la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, que dijo sentirse "inquieta", y subrayó que "cuando la situación es tensa, cuando hay crisis, sobre todo no hay que cuestionar el Estado de derecho".
En su comunicado de hoy, el ministro del Interior puntualiza que "por supuesto, no puede haber democracia sin Estado de derecho, sin que los poderes públicos respeten el derecho y las libertades. Es la base de nuestra República".
Pero añade que "cuando los textos en vigor no garantizan todos los derechos, empezando por el primero de ellos, el derecho a ser protegido, deben evolucionar respetando las instituciones de nuestra República. Es lo que nos piden los franceses y lo que haremos bajo la autoridad del primer ministro".
La polémica generada por Retailleau ha llegado en vísperas del discurso de política general del primer ministro, Michel Barnier, con el que esta tarde presenta ante la Asamblea Nacional el programa de su Gobierno en un contexto parlamentario más que delicado.
Barnier, que también es miembro de LR se apoya en una base parlamentaria de unos 220-230 diputados, incluyendo los macronistas que no han querido darle carta blanca, en una cámara de 577.
La izquierda, que reúne 193 escaños en la cámara baja, ya ha anticipado que presentará una moción de censura en los próximos días.
La extrema derecha de Marine Le Pen (142 diputados), aunque no votará la censura inmediatamente, se guarda esa carta en el bolsillo si considera que el programa de Barnier o los presupuestos que su Ejecutivo debe presentar la semana próxima, chocan frontalmente con su propio programa. EFE