Cracovia (Polonia), 1 oct (EFE).- El presidente polaco, Andrzej Duda, recibió este martes en el palacio presidencial de Varsovia al fiscal cuyo nombramiento quedó anulado por el ministro de Justicia, un gesto más en la cadena de enfrentamientos que mantiene con el Ejecutivo de Donald Tusk.
En un mensaje publicado en su cuenta de la red social X, el presidente Duda informó de que se había reunido "con el fiscal nacional Dariusz Barski", sólo un día después de que éste fuese expulsado de su despacho al haber sido anulado su nombramiento por el ministro de Justicia, Adam Bodnar.
Barski accedió al cargo de fiscal nacional en febrero de 2022, gracias a una disposición transitoria del anterior Gobierno, de ideología ultraconservadora, que facilitó su nombramiento con el beneplácito del Tribunal Supremo, un órgano que, que merced a la reforma judicial de 2015, estaba compuesto en su mayoría por jueces que el ministro Bodnar considera inválida e ilegal.
El presidente Andrzej Duda, sin embargo, reconoce como válidos los nombramientos de todos los jueces y cargos judiciales hechos durante la anterior legislatura, a pesar de que en muchos casos el actual ministro de Justicia y Fiscal General del Estado ha revocado esos nombramientos.
En un mensaje posterior a la entrevista del presidente con Barski, el presidente del Parlamento, Szymon Holownia, perteneciente al actual Gobierno liberal, declaró que "parece que el presidente quiere convertir al palacio presidencial en una especie de santuario para los que él considera mártires perseguidos por el actual gobierno".
Por otra parte, el ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, criticó también la decisión de Duda de asistir como invitado a la fiesta de cumpleaños del ex presidente checo Milosz Zeman, a la que acudieron también el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el presidente serbio, Aleksandar Vučić, y el ex canciller alemán Gerhard Schröder, figuras consideradas cercanas a Vladímir Putin.
En declaraciones recogidas por la prensa polaca, Sikorski afirmó que el Ejecutivo intentó "aconsejar a Andrzej Duda que no estuviera en la fiesta", pero "el presidente decidió según su propio criterio".
"Queríamos proteger la autoridad de nuestro Jefe de Estado contra ese lobby", señaló Sikorski, quien se mostró convencido de que la "controversia podría haberse evitado".
Por otra parte, Duda se convertirá en el primer presidente en la historia de la democracia polaca en tener que acudir a declarar a un juicio por haber insultado a los ciudadanos de su propio país, un delito que puede acarrear hasta cinco años de prisión.
Los hechos se remontan al año pasado, cuando el presidente polaco comentó la película de la directora polaca Agnieszka Holland "Frontera Verde", en la que se muestra a policías y soldados polacos maltratando a inmigrantes capturados al atravesar de manera ilegal la frontera polaca desde Bielorrusia durante la crisis migratoria de 2021.
Duda hizo referencia a que "al cine solo van los cerdos", una frase acuñada por la resistencia polaca durante la invasión alemana de la Segunda Guerra Mundial para descalificar la campaña de propaganda nazi en los cines de la Polonia ocupada. EFE