El enviado especial de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, visitará el territorio saharaui el próximo 3 de octubre, antes de su participación en el Consejo de Seguridad de la ONU prevista para mediados de mes, con el objetivo de abordar el proceso de paz con Marruecos. Así lo ha confirmado el Frente Polisario en un comunicado donde ha detallado que la visita de De Mistura incluirá también reuniones con líderes saharauis para "discutir formas de relanzar el proceso de paz patrocinado por la ONU para el Sáhara Occidental, que se enfrenta a un 'impasse' debido al obstruccionismo y la intransigencia de Marruecos". El Frente Polisario ha aprovechado la ocasión para recalcar una vez más que el plan para el Sáhara Occidental, firmado en 1991 y aceptado por ambas partes, "es la única solución factible, realista y basada en compromisos para el conflicto del Sáhara Occidental". Finalmente, el Polisario ha recorado a Naciones Unidas y sus enviados para la zona que el hecho de retrasar u obstruir la realización del derecho de los saharauis a la autodeterminación "amenazaría aún más la seguridad y la estabilidad en la región". La confirmación de este viaje se produce precisamente en una jornada en que el ministro de Exteriores de Marruecos, Naser Burita, y De Mistura han mantenido un encuentro en Nueva York en el que el jefe de la diplomacia marroquí ha dejado en claro que no contempla otra solución que la de la "autonomía bajo soberanía marroquí" para la antigua colonia española. Según Rabat, fue De Mistura quien solicitó este encuentro, con vistas también a proseguir sus contactos con todas las partes implicadas en un conflicto que permanece estancado. Marruecos mantiene como principal 'línea roja' el derecho de autodeterminación, una condición irrenunciable en cambio para el Polisario, columna vertebral de la autoproclamada la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La antigua colonia española del Sáhara Occidental fue ocupada por Marruecos en 1975 pese a la resistencia del Frente Polisario, con quien se mantuvo en guerra hasta 1991 cuando ambas partes firmaron un alto el fuego con vistas a la celebración de un referéndum de autodeterminación. Las diferencias sobre la elaboración del censo y la inclusión o no de colonos marroquíes ha impedido hasta el momento su convocatoria. El último revés para los saharauis fue el reciente apoyo del Gobierno español al plan de autonomía marroquí, un cambio de postura calificado de traición por el Polisario, que recuerda que España es aún 'de iure' la potencia administradora del Sáhara Occidental.