Mengesha se corona en la Puerta de Brandemburgo

Milkesa Mengesha hace historia en la maratón de Berlín al cruzar la emblemática Puerta de Brandemburgo, superando a competidores en un evento marcado por notables ausencias de favoritos

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Juan Manuel Sánchez

Berlín, 29 sep (EFE).- La imperial Puerta de Brandemburgo es uno de los mayores reclamos turísticos y artísticos de la ciudad de Berlín y, desde este 29 de septiembre, es el trono de la gloria para el etíope Milkesa Mengesha.

Sus 2 horas, 3 minutos y 17 segundos con los que atravesó el emblemático monolito le inmortalizaron para siempre en la quincuagésima edición de la histórica maratón de Berlín, pero detrás de esos números emergió una carrera presumiblemente descafeinada en la previa, por la ausencia de los grandes favoritos, y enfervorecida al final, cuando el etíope y otros cuatro valientes lucharon por el gran triunfo.

Después de que a las 8:50 arrancara formalmente la maratón con la salida de los participantes en silla de rueda, a las 9:15 el alcalde la capital germana, Kai Wegner, hacía sonar el timbre que prendía la mecha de los corredores de élite desde el imponente monumento del centro neurálgico de Berlín, principio y fin de la maratón.

De manera escalonada iban inundando las calles de la capital germana los cerca de 58.000 corredores, profesionales y amateurs, que se habían inscrito para recorrer los emblemáticos 42,195 kilómetros de la prueba magna del atletismo de resistencia.

Tres grandes ausencias subyacían al fondo: la del pentacampeón de la maratón berlinesa Eliud Kipchoge y plusmarquista de la prueba de la misma; su compatriota Tamirat Tola, vigente campeón olímpico; y, ya más triste, la del hombre récord de la modalidad, Kelvin Kiptum, fallecido hace ya unos meses y para cuya posteridad quedará siempre su ya eterna crono de 2 horas y 35 segundos.

La prueba que ha batido hasta trece récords del mundo, entre todas las categorías, de la gran modalidad de resistencia del atletismo suponía un trayecto que atravesaba de norte a sur y de este a oeste la icónica ciudad.

Ya desde el inicio se veía que era el día de Mengesha para inmortalizar su nombre en la ya cincuentenaria historia de la marartón de Berlín e impuso un ritmo firme y contundente para lanzar un claro mensaje a sus rivales.

Varios se empeñaron en seguirlo, pero siempre pendiente de sus huellas. El favorito Tadese Takele, incómodo durante toda la prueba, apretó el ritmo todo lo que pudo, pero su motor no respondía en la misma consonancia que sus pisadas al acelerador.

La margarita se deshojaba, liebres incluidas, en medio del fervor popular de los vecinos de Berlín, agolpados en las vallas de los tramos para disfrutar del mañanero espectáculo, que daban sus ánimos al ídolo local Filimon Abraham, rezagado demasiado pronto de la terna por la victoria.

Con el paso de los kilómetros, tour turístico por Berlín incluido, solo sobrevivieron cinco participantes, que sucumbieron todos ellos al mayor empuje y voluntad de Mengesha, que, sin las plusmarcas ni el carisma de Kipchoge, sí consiguió sucederlo en el palmarés.

Ya solo por eso, en la eterna y fratricida lucha de etíopes y kenianos en la gran prueba de resistencia en el atletismo, y por su estampa coronándose ante los ojos de Alemania en la Puerta de Brandemburgo, le mereció la pena. EFE.

(Foto) (vídeo)

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