Tokio, 29 sep (EFE).- Las autoridades niponas evacuaron este domingo temporalmente a 1.400 personas de la isla de Naha (suroeste) ante el inicio del proceso para retirar una bomba sin detonar de la Batalla de Okinawa, que enfrentó a Japón y Estados Unidos durante la II Guerra Mundial.
El explosivo fue hallado durante unas obras de alcantarillado en una zona residencial de Naha (capital de la prefectura de Okinawa) el pasado mes de diciembre, según las autoridades.
Las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) de Japón creen que el objeto es una bomba de 250 kilogramos lanzada desde un avión militar estadounidense.
La munición tiene unos 1,2 metros de largo y 36 centímetros de diámetro y se decidió retirar su detonador porque "existe riesgo de explosión".
Las autoridades de Naha pidieron a unas 1.400 personas que se encuentran en un radio de 280 metros de la bomba enterrada que evacuaran temporalmente la zona a partir de las 8:50 hora local del domingo (23:50 GMT del sábado).
Entre los evacuados figuran tanto residentes como empleados y huéspedes de hoteles, para quienes se habilitaron tres centros de evacuación.
La Batalla de Okinawa supuso la única invasión terrestre de Estados Unidos en Japón durante la II Guerra Mundial y fue una de las más cruentas de la contienda, con más de 200.000 muertos, la mitad civiles.
Se estima que cayeron sobre Okinawa unas 200.000 toneladas de munición, 10.000 de las cuales no explotaron.
En marzo de 1974, una mina terrestre enterrada por el Ejército Imperial japonés (vivo desde 1867 hasta 1945) explotó cerca de un jardín de infancia en la ciudad de Naha, lo que acabó con la vida de cuatro personas, entre ellas una niña de tres años, y otras 34 resultaron heridas.
Tres meses después, las Fuerzas de Autodefensa niponas establecieron una unidad especializada en la desactivación de bombas sin explotar con el objetivo de retirar su totalidad, algo para lo que podrían hacer falta hasta otros 100 años, según expertos en la materia.
En 2025 se conmemorará el 80 aniversario de la Batalla de Okinawa, que tuvo lugar pocos meses antes de la rendición total del país asiático y del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
El sangriento enfrentamiento duró tres meses y costó la vida de uno de cada cuatro okinawenses, unos 94.000 en total. EFE