Beirut, 29 sep (EFE).- El Ejército del Líbano anunció este domingo que está tomando medidas de seguridad para "preservar la paz civil" tras el anuncio de la muerte del líder del grupo chií Hizbulá, Hasán Nasrala, cuyo asesinato a manos de Israel en un bombardeo en el extrarradio de Beirut el viernes ha dejado al país conmocionado.
"El Comando del Ejército sigue tomando las medidas de seguridad necesarias y cumpliendo con su deber nacional de preservar la paz civil, y pide a los ciudadanos que respondan a estas medidas y trabajen de acuerdo con la unidad nacional", indicó la institución castrense en un comunicado en su cuenta oficial de X.
En el contexto de "los continuos ataques criminales del enemigo israelí", que han dejado más de mil muertos en varios puntos del Líbano en los últimos días, el Ejército pidió a los ciudadanos "que preserven la unidad nacional y no se vean arrastrados a cometer acciones que puedan dañar la paz civil en el país".
Tras la muerte de Nasrala, reconocida oficialmente el sábado por Hizbulá, el Gobierno y otros políticos libaneses han apelado a la tranquilidad en visos de que algunos grupos aprovechen la situación para sus fines partidistas en el Líbano, un país compuesto por 18 sectas que tratan de convivir pese a sus diferencias insalvables.
"Esta es una etapa peligrosa y delicada en la historia de nuestro país, mientras el enemigo israelí trabaja para implementar sus planes de sabotaje y extender la división entre los libaneses", advirtieron las Fuerzas Armadas libanesas, que no participan en el conflicto entre Israel y Hizbulá iniciado hace casi un año.
Los libaneses han contenido el aliento en las últimas 24 horas más que nunca, a la espera de ver cómo el asesinato de Nasrala afectará al conflicto.
Durante la jornada de ayer se registraron altercados o tiroteos entre partidarios y detractores de Hizbulá, mientras que algunos expresaron su conmoción por el fallecimiento en pequeñas marchas esporádicas y otros lo celebraron con algún que otro disparo en áreas controladas por partidos rivales. EFE