Noemí Jabois
Beirut, 28 sep (EFE).- El grupo chií libanés Hizbulá confirmó este sábado el asesinato de su líder, Hasán Nasrala, y queda a la expectativa de continuar su batalla contra Israel sin el que ha sido su máxima cabeza visible durante más de tres décadas, en pleno apogeo de la campaña de ataques israelíes contra sus filas.
Casi 24 horas después del potentísimo bombardeo israelí contra Nasrala a las afueras de Beirut, Hizbulá anunció en un comunicado que su secretario general se ha unido al resto de "grandes e inmortales mártires" y se comprometió a seguir luchando contra Israel como venía haciendo bajo su batuta.
"La dirección de Hizbulá promete al mártir más alto (...) que continuará con sus esfuerzos para enfrentar al enemigo en apoyo a Gaza y Palestina y en defensa del Líbano y de su honorable gente", dijo, sin mencionar el ataque con presuntas bombas antibúnker que habrían penetrado hasta su sede subterránea.
La formación política y armada todavía no ha nombrado a un sucesor para el clérigo chií, que había tomado las riendas del grupo en 1992 después de que el anterior líder, Abbás al Musawi, muriera en el ataque de un helicóptero israelí en el sur del Líbano.
El sucesor más probable es Hashem Safi al Din, jefe del Consejo Ejecutivo de Hizbulá, primo de Nasrala y quien, de ser designado, deberá supervisar la fase más crítica de sus operaciones desde el inicio de los enfrentamientos contra el Estado judío hace casi un año.
Durante la madrugada de este sábado, la aviación israelí bombardeó nuevos objetivos en los mismos suburbios donde mató al jefe del grupo chií, provocando una nueva ola de desplazamientos en Beirut y obligando a cientos de personas a acampar en las calles de la capital.
"Llegamos sobre la 1:30 de la mañana al paseo marítimo, mis ojos no podían creerlo al ver a todas las personas que habían huido, había más de mil", relató a EFE un vecino de ese extrarradio conocido como el Dahye e importante bastión de Hizbulá.
La zona volvió a ser objetivo de algún ataque más a lo largo de la jornada, al tiempo que también continuaron los intensos bombardeos israelíes que se suceden desde el lunes, principalmente contra el sur del país y el oriental Valle de la Bekaa.
Desde el pasado 17 de septiembre, Israel ha llevado a acabo una serie de ataques sin precedentes contra el Líbano, empezando con dos olas de explosiones en miles de aparato de comunicación en manos de integrantes de Hizbulá y un gran bombardeo contra sus altos mandos a las afueras de la capital.
Todo ello, unido a la campaña aérea en marcha, deja ya más de un millar de muertos y de 6.000 heridos en poco más de diez días, según informó en rueda de prensa el ministro de Salud Pública del Líbano, Firas Abiad.
Desde el inicio de las hostilidades entre las partes el 8 de octubre de 2023, un día después del estallido de la guerra de Gaza, el departamento gubernamental ha contabilizado 1.640 fallecidos y algo más de 8.400 en su lado de la frontera, de acuerdo con el ministro.
En medio de esta situación, cientos de albergues han llegado a su capacidad máxima ante el creciente número de desplazados, unos 200.000, mientras que unas 50.000 personas han cruzado la frontera siria buscando seguridad, dijo a EFE el representante de ACNUR en Siria, Gonzalo Vargas Llosa.
Según la fuente, "miles" más aguardan aún en la divisoria para poder refugiarse en un país hasta hace poco considerado mucho más inseguro que el Líbano.
Los libaneses han contenido el aliento este sábado más que nunca, a la espera de ver cómo el asesinato de Nasrala afecta al conflicto. En Beirut, muchas calles se vaciaron y muchos comercios cerraron tras confirmase la noticia.
También se registraron altercados o tiroteos entre partidarios y detractores de Hizbulá, mientras que algunos expresaron su conmoción por el fallecimiento en pequeñas marchas esporádicas y otros lo celebraron con algún que otro disparo en áreas controladas por partidos rivales.
El primer ministro, Najib Mikati, pidió este sábado "unidad" para hacer frente a la "guerra genocida" contra el Líbano, tras adelantar su regreso de Nueva York, donde acudió a la Asamblea General de la ONU.
"Nuestra solidaridad hoy, en estos momentos cruciales de la vida de la nación, es la respuesta más fuerte a la agresión israelí", sentenció Mikati durante una sesión extraordinaria del Consejo de Ministros. EFE
(foto)(vídeo)(informe a cámara)