El naufragio de este sábado puede ser la mayor tragedia migratoria en Canarias

El naufragio de una embarcación en El Hierro deja nueve muertos y casi cincuenta desaparecidos, convirtiéndose en la tragedia migratoria más grave en Canarias en 30 años

Guardar

Santa Cruz de Tenerife (España), 28 sep (EFE).- El naufragio de una barca con 84 personas a bordo ocurrido la madrugada de este sábado en la isla de El Hierro, puede convertirse en la mayor tragedia migratoria en el archipliélago español de Canarias (Atlántico) en 30 años de llegadas de estas embarcaciones precarias, procedentes de la costa africana.

Con nueve cadáveres rescatados y casi cincuenta desaparecidos, puede superar al naugragio ocurrido el 15 de febrero de 2009 en Los Cocoteros (isla de Lanzarote, Canarias), donde murieron 25 personas.

Según las informaciones disponibles, Salvamento Marítimo recuperó nueve cadáveres y busca a 48 desaparecidos, ya que solo sobrevivieron 27 de los ocupantes de la barca, que volcó cuando iba a ser rescatada, a siete kilómetros de la costa.

En los últimos años, las organizaciones sociales y la propia Organización de Naciones Unidas para las Migraciones (OIM) han reportado naufragios de este tripo de embarcaciones, conocidas como cayucos (barcas), en el Atlántico con decenas de muertos y ningún superviviente, pero hasta la fecha la mayor tragedia ocurrida en Canarias era la de Los Cocoteros.

El 15 de febrero de 2009 una barcaza se hundió a escasos metros de la costa de Lanzarote y se ahogaron 25 de sus 31 ocupantes.

No es, ni mucho menos, el peor naufragio en la historia de la concocida como Ruta Canaria de la emigración, que se ha tragado cayucos enteros con más de un centenar de personas a bordo, pero pasados quince años sigue siendo el de mayor número de muertos ocurrido en las Islas Canarias hasta el momento.

El primer naufragio que sacudió conciencias en este archipiélafo tuvo lugar en 1999 en Morro Jable, en la isla de Fuerteventura, en el que perdieron la vida nueve jóvenes de Marruecos, que habían pagado 4.000 dirhams cada uno (70.000 pesetas de la época, 420 euros al cambio) por subirse a una barca de seis metros que se hundió a 300 metros de la costa y que supuestamente les iba a abrir las puertas del sueño europeo.

Puede que otros sucedieran antes, pero no hubo testigos ni supervivientes que contaran su tragedia, ni cadáveres a los que dar sepultura.

Si hubo naufragios antes, fueron “silenciosos”, como tantas veces ocurre aún en la Ruta Canaria, la que recorren miles de migrantes en embarcaciones precarias desde la costa atlántica africana hasta el archipiélago español.

Este verano, además de cumplirse 25 años del primer naufragio con muertos en Canarias, también se han conmemorado los 30 años de la llegada de la primera de estas embarcaciones a las islas, que ocurrió el 28 de agosto de 1994, día en el que dos jóvenes saharauis por primera vez cruzaron por mar los 96 kilómetros que separan la isla de Fuerteventura del continente africano.

Las diferentes agencias de Naciones Unidas llevan años señalando a esta ruta como la más mortífera del mundo en términos comparativos (por proporción de muertos y supervivientes), pero este año lo es ya en cifras absolutas, según los últimos datos de ACNUR, que cifran en 702 los muertos en los siete primeros meses del año. EFE

Guardar