Cristina Ondó Nieto
Nairobi, 27 sep (EFE).- La escritora sudafricana Shubnum Khan comenzó a pensar de niña que “existía un gran mundo ahí fuera”, al escuchar las historias de su abuelo sobre su viaje desde la India a Sudáfrica, el país en el que construiría una nueva vida.
“Nos hablaba de su viaje, de cómo llegó en barco a Sudáfrica y lo diferente que era la tierra donde nació. Creo que también se sentía solo porque mi abuela había fallecido. Así que llamaba a todos sus nietos y nos contaba historias emocionantes”, declara la autora en una entrevista con EFE en Nairobi.
Autores británicos como los escritores de libros infantiles Enid Blyton o Roald Dahl influyeron en su inquietud por la escritura y el uso de la imaginación para relatar historias.
“En particular, Roald Dahl me enseñó que se puede vivir en un mundo loco. Los pelícanos pueden transportar seres humanos y limpiar ventanas”, afirma Khan, que la pasada semana asistió en la capital de Kenia al Festival Literario Macondo 2024, un certamen que congrega a grandes narradores de historias de África.
La novelista, que explora la identidad cultural, el sentido de pertenencia o la condición de ser una mujer en sociedades patriarcales, fue preseleccionada por su primera novela,"Onion Tears" (2011), para el Premio Penguin de Escritura Africana y el Premio de Novela de Ficción de la Universidad de Johannesburgo.
Una de sus últimas publicaciones es la novela "The Djinn waits a hundred years" (2024), con la que ha debutado en el Reino Unido.
Khan, de 39 años, trabajó durante ocho años en esa obra, cuyos personajes viven las tensiones que se dan entre la tradición y el mundo moderno en Sudáfrica.
“Es muy diferente. Lo puedo ver en mi propia familia. Mi abuelo ansiaba volver a la India y estar entre los suyos, mientras que yo me considero sudafricana. Al final, pertenezco a otra generación”, explica Khan, que incluyó dos líneas temporales, 1930 y 2014, en esta novela para reflejar la diferencia entre las ideas de una generación y la otra.
La escritora subraya que, aunque existe esta divergencia, “se pueden ver similitudes”, ya que las cosas no han cambiado tanto para las mujeres.
La autora nació en la ciudad de Durban, en la costa este de Sudáfrica, donde reside una de las comunidades indias más grandes fuera de la India, y se crió en el seno de una familia hindú-musulmana.
Su primera novela, "Onion tears" ("Lágrimas de cebolla"), muestra el impacto del "apartheid" en la comunidad india.
Ella era una niña en 1991, cuando se derogó gran parte de la legislación de este sistema político que imponía la segregación racial y la dominación y opresión por parte de la minoría blanca, aunque se mantuvo la estructura dividida de los barrios.
“Debido a la herencia del 'apartheid' vivíamos vidas separadas, aunque no quisiésemos. Así que definitivamente ha afectado a las siguientes generaciones que no la vivimos directamente”, explica sobre la ciudad en la que se creció en la que los colegios, las mezquitas y los templos estaban influidos por la comunidad india.
Las vivencias de sus padres durante el régimen racista también dejaron poso en ella, a través de las historias que ellos contaban.
“Llevas siempre contigo la historia de las generaciones que te han precedido, por lo que han pasado y lo que han cargado”, afirma sobre la historia de un país con una democracia joven, pues se estableció en 1994.
Las últimas elecciones generales de Sudáfrica dejaron unos resultados en los que el gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA) consiguió sólo el 40,18 % de los votos y perdió la cómoda mayoría absoluta que disfrutaba desde 1994, lo que le ha obligado a formar un Gobierno de coalición con la oposición.
“Ahora que lo pienso, era el mejor resultado que podía pasar si la oposición y el partido principal se unían y trabajaban juntos, porque ahora es de esperar que se vigilen mutuamente”, opina Khan.
“Espero -subraya- que esta coalición trabaje unida. Es algo nuevo, así que habrá que ver. El tiempo lo dirá”.
La escritora, además, ve con optimismo la posibilidad de que en el futuro pueda erigirse como presidente de Sudáfrica una persona de origen indio.
“Ahora -concluye- todo es posible. El Reino Unido tuvo hasta hace poco un primer ministro indio (Rishi Sunak). Así que, ¿quién sabe?”. EFE
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